El pasado domingo, José A. Pérez -bloguero, guionista y colaborador de Público, entre otras cosas (y entrevistado hace tiempo en este blog: 1 y 2)- decía lo siguiente en Twitter:

He escrito una columna sobre El Corte Inglés para @publico_es titulada "Mordaza". No tengo ninguna duda de que la publicarán. Ejem.

Jose preparaba así la publicación de un articulito de opinión sobre el cambio de rumbo experimentado por TVE al prescindir de la publicidad, un cambio de rumbo al que ya aludimos aquí hace poco. Sin embargo, y desde que Jose anunciase la existencia de su columna, apenas bastó un día para saber qué había pasado con ella:

Pues nada, parece que mi columna sobre El Corte Inglés y TVE no saldrá en Público.

Pues sí. Parece que, efectivamente, Público optó por no publicar la columna de Jose, que la ha colgado en su blog. Este hecho me recordó una de las preguntas que le hice en junio del año pasado:

— ¿Qué tal te sientes en el papel de "herramienta del sistema al servicio del poder" en Público?
— Por ahora, a gusto. No tengo ni idea de cómo funcionará en otros periódicos, pero en Público tengo libertad para opinar lo que quiera sobre lo que me apetezca. "¿No será que, por ahora, siempre has opinado lo que les interesa que opines?", te preguntarás. Y yo te responderé: Pues a lo mejor.


Jose no ha atacado a Público ni los ha criticado por la no publicación de la columna: "Yo soy colaborador, no tienen compromiso conmigo. Si les gusta, pa' ellos. Si no, para el blog. Sin traumas ni malos rollos", asegura Jose, que desdramatiza el asunto con una frase que, aunque a algunos no les convenza, es evidente y lógica. Está claro que Público está en su perfecto derecho de hacer lo que ha hecho -allá ellos con su propio código- y tampoco parece merecer la pena cebarse. Al fin y al cabo, han hecho lo mismo que TVE habría hecho hace dos semanas, y eso sí que es grave. Porque las acciones de una empresa privada no van más allá de su propio código, pero el código de una empresa pública deberíamos decidirlo todos.

Habrá quien quiera ver detrás de esto al PSOE o algún oscuro aparato maquinador y conspiranoico. Otros, por suerte, hace tiempo que se dieron cuenta de que los políticos no son, ni muchísimo menos, los dueños de la sociedad. Hace mucho que los verdaderos emperadores sociales son los empresarios. Pero ningún informativo ha hablado de ellos, porque dependen de su publicidad.

Y que los empresarios sean nuestros verdaderos emperadores es malo, pero aún peor es que haya gente que aún no se ha percatado de ello. Hoy, gracias a este pequeño incidente, nos hemos dado cuenta una vez más- de que los verdaderos mandamases de nuestra sociedad no sólo son intocables y salen impunes, sino que además están escondidos. Y columnas como la que Público no ha publicado -y MiMesaCojea sí- contribuyen a que esta gente vaya saliendo de su escondrijo. Para bien o para mal.