Hoy hemos sabido que la hasta ahora concejala de Cultura del Ayuntamiento de Ciudad Real, Lydia Reyero, ha dimitido de su cargo. Una decisión que no sabría decir si me sorprende o no, ya que hay un poco de todo. Lo que sí tengo claro es que era una decisión tremendamente necesaria.
Personalmente he tenido la oportunidad de compartir muchos ratos con Lydia (y perdonen que me refiera a ella como Lydia, no como Reyero). Cuando trabajé en la sección de Cultura de El Día durante cerca de ocho meses, mi trato con ella era prácticamente diario. Además, como presidente de la Asociación Cultural Dimes y Diretes también tuve que reunirme con ella en multitud de ocasiones, con lo que me considero medianamente capacitado para trazar aquí, de forma tan objetiva como subjetiva, un pequeño perfil y una pequeña trayectoria.
Decía que no sé si me sorprende o no su marcha porque hace mucho tiempo que Lydia Reyero llevaba sopesando la dimisión, pero las circunstancias no invitaban a pensar en su marcha.
Lydia Reyero apareció en la política ciudadrealeña en 2007, dentro de las listas del Partido Popular, comandado por Rosa Romero. Era la primera vez que Lydia entraba en política, ya que ni siquiera estaba afiliada a ningún partido. No obstante, este dato no echó para atrás a sus pretendientes políticos, que fueron nada menos que tres. Comenzó en la lista de Independientes por Ciudad Real, para más tarde acudir a la lista de Rosa Romero en el PP. No es un secreto que el PSOE también la quiso llevar en sus listas, pero no lo consiguió.
La precampaña de Lydia hizo pensar que, en caso de victoria de Rosa Romero, ella se encargaría de la concejalía de Cultura. Y así fue. En mayo de 2007, Lydia Reyero se convertía en la nueva concejala de Cultura. Se le abrían las puertas de una concjelaía que -dicha sea la verdad- daba miedo. Y es que, tras unos interminables años de caspa política a cargo de Rafael Romero, aquella concejalía despedía un vomitivo olor a rancio, aparte de una interminable lista de amiguetes, favoritismos, enchufes y decisiones tomadas al margen de la ley. Lo suyo (lo ideal) sería que el tiempo (o los periodistas) acabe (acabemos) poniendo en su sitio a ciertos políticos que ocuparon esa concejalía, pero ésa es otra historia.
La llegada de Lydia Reyero, a la vez que hacía desconfiar a los grupos tradicionalmente bien tratados por el Ayuntamiento, abría un pequeño hilo de esperanza en el sector cultural de Ciudad Real, especialmente en los colectivos que venían asistiendo perplejos e indignados a las sinvergonzonerías del antiguo régimen. En este último grupo estaba el Círculo de Bellas Artes (con el que colaboro), que desde el principio se acercó a la nueva concejala y ofreció sus servicios para llevar a cabo un profundo cambio en el modelo cultural de la ciudad. Y los comienzos no pudieron ser mejores, ya que Lydia acudió a un Comité Consultivo y se reunía con el Círculo constantemente. Parecía que, de una vez por todas, había llegado alguien que, al menos, pretendía limpiar un poco el polvo y remodelar las políticas culturales de Ciudad Real. De hecho, Lydia se posicionaba incluso mejor que sus homólogos en otras instituciones. En mayo de 2008 tuve la oportunidad de realizar una entrevista a tres bandas a los tres responsables políticos de la cultura en Ciudad Real: Ángel López (delegado de la Junta), Ángel Caballero (Diputación provincial) y Lydia Reyero (Ayuntamiento). Esta entrevista, publicada en dos partes -una y dos-, dejó patente las mil y una carencias de quienes por aquel entonces ocupaban esos cargos. Sin embargo, y a pesar de que los argumentos de Lydia Reyero no me convencían, al menos parecía verse en ella una actitud y una actividad marcada más allá que por la mera inercia, que parecía ser el motor activo de las otras dos instituciones. Parecía que Lydia Reyero pretendía cambiar el panorama en Ciudad Real, pero la inercia de la caspa y lo tendencioso podría traerle problemas.
Y, efectivamente, así pasó. Uno de los primeros problemas que tuvo Lydia fue la Feria del Libro, una feria tan longeva como caótica, desorganizada e improvisada. A principios de abril de 2008 publiqué en El Día un artículo que hablaba de la posibilidad de que la Feria no se celebrase debido a la falta de apoyos económicos y a la decisión de los libreros de no participar en la Feria si ésta reducía su presupuesto y sus condiciones. Lo paradójico de la Feria del Libro -y de ahí venían todos sus problemas- es que, pese a llevarse haciendo varios años, aún no cuenta con una partida presupuestaria propia, con lo que cada año, una vez llegado el mes de abril, la Concejalía tenía que ver de dónde narices sacaba los cerca de 16.000 euros que el Ayuntamiento aporta cada año, lo que en 2008 supuso una posibilidad de no celebración de la Feria, que finalmente sí fue llevada a cabo. Recuerdo que en cuestión de un mes me cayeron -a mí y a mi periódico- un tremendo saco de hostias, llamándonos de todo (mentirosos e interesados, entre otras cosas). Incluso el organizador de la Feria del Libro dirigió contra mí una carta tan salvaje que El Día optó por no publicarla. Lydia Reyero, por su parte, nos defendió de forma impecable y públicamente tanto a mí como a la organización. Una vez que el Ayuntamiento puso el dinero correspondiente, servidor lanzó al aire una duda, preguntándose de dónde habrían salido esos fondos e insinuando que quizá se quitaron de una partida de la que no debían quitarse. Desde la Concejalía se desmintió esa insinuación, pero unos meses después, en una conversación privada y debido a un despiste, se me acabó reconociendo que, efectivamente, esos 16.000 euros habían salido nada menos que del presupuesto destinado a las asociaciones culturales.
Y es que las asociaciones siempre han sido las grandes perjudicadas de la concejalía de Cultura. Lo fueron con Rafael Romero y, aunque en mucha menor medida, también lo fueron con Lydia Reyero. Desde hace muchos años, el Ayuntamiento de Ciudad Real viene incumpliendo de forma sistemática la Ley de Subvenciones, que le obliga a conceder subvenciones a las asociaciones mediante concurrencia competitiva, es decir, convocando un concurso público y concediendo las ayudas en función de unos criterios objetivos. Sin embargo, el Ayuntamiento siempre ha optado por no proceder de esta forma, sino recurriendo a las subvenciones nominales, concedidas a quien mejor sabe comer la oreja o a quien mejor se lleve con el concejal de turno. Lydia Reyero hizo un esfuerzo por cumplir la Ley de Subvenciones e intentar instaurar un método justo de reparto de ayudas. Pero se quedó en eso, en un intento.
Lydia también intentó quitarse de enmedio a los colectivos favoritos del Ayuntamiento, pero tampoco pudo con ellos. El caso más famoso fue el de la Banda de Música de Ciudad Real, que entró en un cisco con la concejala a raíz de la elección de un nuevo director (la cronología e historia completa, aquí). En este asunto, que se convirtió en una de las trifulcas más surrealistas y vergonzosas que ha habido en Ciudad Real, Lydia Reyero actuó bien y mal a la vez. Mal, porque nunca llegó a desmentir la supuesta amistad que le unía al que se postulaba como nuevo director de la Banda. También actuó mal porque eligió mal a sus adversarios: por los motivos que fuesen, Lydia decidió que la labor de los periodistas no había sido la correcta, y si ya antes nos cogía poco el teléfono, ahora pasó de nosotros en todo momento y se mostró esquiva cada vez que quisimos poner luz sobre algunas de sus actuaciones. No obstante, y hablando ya de lo que hizo bien, fue positivo ver que al fin alguien plantaba cara a uno de los colectivos más dudosos de esta ciudad en materia de recogida y administración de subvenciones. Lydia optó por plantarle cara a la Banda, pero la Banda no estaba sola, sino que contaba con la ayuda y el respaldo de las viejas guardias del Ayuntamiento. Así, llegó un momento en que Lydia se vio desautorizada por sus propios compañeros de equipo de Gobierno. Rosa Romero revocó sus decisiones, la apartó del caso de la Banda y puso al frente a Javier Morales, que incluso llegó a pedir públicamente a la ciudadanía que no tuviese en consideración las palabras de Lydia.
El de la Banda fue uno de los episodios clave para que a día de hoy Lydia Reyero haya dimitido. Aquel fue, sin duda, uno de los sucesos más duros, ya que no sólo no ganó a la Banda, sino que dentro de su lista de enemigos encontró incluso a compañeros concejales. Y no sólo vio a sus compañeros entre los enemigos, sino que además el Ayuntamiento en su conjunto la desautorizó por completo.
A partir de entonces, las apariciones y actuaciones de Lydia fueron disminuyendo hasta convertirse en poco más que testimoniales y anecdóticas. La concejalía volvía a los senderos marcados por la inercia y se abandonó el diálogo con los sectores culturales que pretendían un cambio. La concejalía pasó a estar dirigida por una persona que se dejaba llevar por la corriente y por las directrices de Rosa Romero, que parecía contenta tan sólo con que el Quijano se llenase. Además, las críticas a Lydia crecían entre sus propios compañeros, que la culpaban de la pérdida de amistad con algunos grupos que tradicionalmente eran amigos del Ayuntamiento. A esto hay que sumarle la eterna insistencia del Ayuntamiento para que Lydia se afiliase al Partido Popular, cosa que -hasta donde yo sé- a día de hoy aún no ha ocurrido.
Resulta llamativo haber visto hoy a Rosa Romero agradeciendo a Lydia su trabajo y su esfuerzo. Sobre todo teniendo en cuenta que ha sido precisamente la alcaldesa una de las personas que más veces ha desautorizado a la concejala y la ha despojado de según qué competencias. La mano que le ha dado en sus despedida como concejala parece, más bien, el beso de Judas.
Todo este cúmulo de cosas han propiciado que, en apenas tres años, hayamos pasado de una Lydia Reyero entusiasta a una Lydia Reyero apática, dedicada a conservar el orden establecido de las cosas, sin intentos de cambiar absolutamente nada.
Sin embargo, estas circunstancias no la habían eliminado -ni muchísimo menos- como una persona que vendiese presencia de cara a la gente. De hecho, sus rivales políticos en el PSOE seguían sin haberse olvidado de ella, y el líder de los socialistas tanto en Ciudad Real capital como en la Delegación de la Junta, José Fuentes, ha preguntado varias veces si sería posible un acercamiento político de Lydia Reyero hacia el PSOE. No obstante, hace ya mucho tiempo que Lydia Reyero se convirtió, tristemente, en una figura política a la que le quitaron toda autoridad, un hecho que ha acabado propiciando su marcha.
Dada esta situación, servidor ve la dimisión como un gesto no sólo consecuente, sino, además, necesario. No son pocos los políticos que, una vez despojados de toda autoridad, prefieren aún así cruzarse de brazos y esperar a que la inercia política los saque de escena. Lydia Reyero, sin embargo, ha preferido marcharse.
Quizás lo esté haciendo tarde, pero al menos lo ha hecho.
P.D.: La foto de la pancarta es de Jesús Monroy, de El Día.
Google y la lucha contra la irrelevancia
Hace 9 horas
20 Comentarios en Lydia Reyero: más vale tarde que nunca
Joder, Otto, impresionante perfil. No sé hasta qué punto cierto (intuyo que hasta "mucho punto"), pero trepidante. No me queda otra que preguntarte lo que me preguntaste a mí cuando el discurso de la alcaldesa de Albacete en el Debate sobre el Estado del Municipio: ¿y esto lo ha leído la concejala?
Pues hombre, ahora mismo supongo que no lo habrá leído porque lo acabo de publicar xD No sé si lo leerá, pero supongo que antes o después le llegará.
Se va lo mejor del Ayuntamiento, yo he tenido el privilegio de escuchar a esta chica y me parece que se ha marchado lo mejor del Ayuntamiento. Así va la ciudad...
No la conocía, pero por la fotos parece que está bastante buena, no??
Carlos, te respeto mucho, pero a veces eres especialmente egoista en tu forma de interpretar la realidad. Es inevitable pensar leyendo este artículo que la mala baba que rezuma tiene mucho que ver con el hecho de que las asociaciones culturales en las que estás implicado no han recibido el apoyo que tu creías que merecían. Resumiendo, que suena a pataleta en toda regla... A lo mejor no estoy en lo cierto, pero es lo que tiene pretender ser juez y parte.
En cualquier caso es tu opinión y es muy respetable, al menos mientras no trates de imponerla como la verdad absoluta porque esa, amigo, no la tenemos nadie.
Un saludo de un compañero que descubrió hace poco quién era Santiago Lorenzo.
PD 1: Perdona que no ponga mi nombre, pero con que sepas tu quién soy, me basta.
PD 2: Y además, la chica es bien guapa, bien simpática y bien inteligente, y cabe la posibilidad de que muchos de los errores que le achacas no fueran precisamente suyos.
PD 3: Por si no ha quedao claro, no creo que el perfil que haces de ella se corresponda con la realidad.
Morales, Reyero, gente joven con ideas y ganas (no todos los jóvenes son iguales), ven lo que hay y se van. Sin embargo, los dinosaurios Gallego, Aguirre, López (Helena), duran y duran como los conejitos de duracell... (esto es extensible a unos cuantos de la oposición muda...) Paradójico ayuntamiento este.
Anónimo de las 22:35, lo que tú llamas "pataleta" yo lo llamo "ilegalidad". No te confundas, que no estoy diciendo que el Ayuntamiento haga poco caso a las asociaciones y tendría que hacer más, te estoy hablando de leyes. Te hablo de que el Ayuntamiento incumple de forma sistemática la Ley de Subvenciones. Ante este hecho no caben opiniones, es algo totalmente objetivo. No es que Lydia tuviese que apoyar a las asociaciones porque yo lo crea así, sino porque la ley lo exige. No te confundas, que no estoy hablando de caridad ni de solidaridad, sino de la más pura y estricta ilegalidad.
En cualquier caso, creo que he dejado claro en el artículo que Lydia, desde el principio, intentó cambiar la rancia inercia que imperaba en la Concejalía, y si no lo ha conseguido es simple y llanamente porque no la han dejado. Porque Rosa Romero (acompañada de la vieja guardia) ha permitido y avalado que un grupo de colectivos amigos del poder y anclados en el eterno favor manden más que una concejala. Porque Rosa Romero (acompañada de la vieja guardia) ha considerado que la cultura es llenar el Quijano y hacer cosas bonitas y agradables, dejando de lado la política cultural, que es tanto o más importante que la programación.
Por cierto, que yo no he puesto en duda la inteligencia de Lydia, eh. Ése me parece un aspecto fuera de toda duda. Y puedo avalarlo, ya que a mí me dio un par de clases en la universidad y fue una gozada.
En fin, como digo, creo que gran parte de tu argumentación se basa en lo que yo ya he dicho: que Lydia ha querido hacer cambios, pero no le han dejado hacerlos.
(Por cierto, ya hay una plataforma que pide la vuelta de Rafael Romero: http://www.mundorancio.com/2010/02/15/rafael-romero-pro-concejal-de-cultura)
Las ilegalidades se denuncian, y más en tu caso, que como miembro de una asociación cultural podrías considerarte víctima, de ser cierto lo que planteas. Y no, de momento, y mientras un juez no diga lo contrario, no se puede hablar de ilegalidad.
Y en cualquier caso, Carlos, no pretendo convencerte de nada, sé que no lo voy a conseguir, pero déjame al menos que esté en desacuerdo. Jajajaja
Un saludo.
lo mas cierto de tó es que tanto la Lidya como la Romero tienen una apaño.... así mirando pal quijote azteca...zaca !!
Respondiendo al Anónimo de los postdatas...
Verás, yo no conozco personalmente ni a Carlos ni a la concejala, -ex concejala-, pero te aseguro que, mientras lo leía, no me ha dado en ningún momento la sensación de «mala baba» que tú comentas. De hecho me ha parecido una buena guía para entender la carrera y la práctica política de esta señora.
Como voluntaria en la Protectora de Animales de Ciudad Real puedo confirmarte que los fondos que el ayuntamiento prometió en su día para la construcción de las nuevas instalaciones todavía están por «imprimir», sino ¿por qué tardan tanto en cumplir sus promesas electorales?
Sé que no tiene nada que ver con Cultura, pero me pongo en el pellejo de alguien a quien se le ha prometido algo que nunca llega, así que el resultado es el mismo: una profunda decepción con la practica de nuestros políticos.
En fin, supongo que tenemos lo que la mayoría de nuestros conciudadanos han votado: seguir amarrados en el pasado.
Un saludo Carlos.
Arioleta
Lydia está muy guapa la jodia y se ve que es una chica muy inteligente... estoy con ese que dice lo del Quijote Azteca y zaca, me parece que ha sido el comentario más sensato que he visto por aqui en mucho tiempo.
He corregido lo de mi pertenencia al Círculo (que técnicamente no es cierto, yo no formo parte de Círculo).
Por cierto, os animo a leer este artículo de opinión de Alberto Muñoz: La dimisión de Lydia Reyero.
¿De qué viven los periodistas?
De generar noticias absurdas y provocar polémicas sobre cosas insignificantes.
La prueba, esta entrada de este blog.
Ójala yo viviese de este blog xD
pues creo que aquí se dio la perversión de que el tema de la banda fue mal llevado por todos los frentes, y ha sido uno de los puntos clave.
Los periodistas no-adscritos al Ayuntamiento os cebasteis con lo del amiguismo de Lydia, pero quedó en segundo plano lo importante, la situación de la banda, los privilegios durante décadas, etc.
No se hasta que punto se tendría que haber 'pasado de puntillas' sobre el tema de que el nuevo director de la banda iba a ser un amigo de la ex-concejala... pero el caso es que al final siguió todo igual y la que pago los platos rotos fue Lydia.
Es lícito no poner el foco en algo así por buscar un objetivo común mayor, que hubiera sido ir desmantelando los privilegios de rancias asociaciones como la banda de música??
Es la primera vez que oigo hablar de "la banda". La globalización de las noticias, el querer actuar local pensando global a veces te traiciona y hace olvidar que vives en un pueblo en el que TODOS somos subalternos. Hasta los que se creen que no y discuten de los grandes temas internacionales como si no fuesen lo que son: marionetas esperpénticas.
Buena (muy buena) al menos sí que está.
Lidia que no estas sola! dame tu número!
Hablando de bandas....
acabo de leer un articulo en "mi ciudadreal" en "miCRopinión" donde le pegan un buen repaso ESPECTACULAR a la banda del Ayuntamiento de Puertollano... Lo mejor el final, donde textualmente dice de "este Puertollano como la república de la pandereta, fiesta, feria, toros, comilona, puro, caza y copa...
IMPRESIONANTE¡¡¡
Saludos
A ver con este articulo solo demuetsras una vez mas que cuando escribes,querido Carlos Otto no tienes ni puta idea de lo que cuentas...
Esta bien que te alies con la tal lydia esta que seguro que no tenia ni puta idea por eso la obligaron a dimitir..(aunque cuente su version...)
Seguro que tu lo harias mejor..tu si que sabes de cultura
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