Desde Montreal ya se ha dado prácticamente el penúltimo paso para llevar a la empresa hacia su desaparición definitiva. Esta semana se formalizaba el Expediente de Regulación de Empleo por el que se solicitaba la extinción de la empresa y de los trabajos acordados. Este ERE, presentado ante la Consejería de Trabajo de la Comunidad de Madrid, dejará a 140 trabajadores en la calle.

Y 140 son pocos, ya que Montreal contaba con cerca de 200 asalariados. No obstante, unos 60 han ido optando a lo largo de estos meses por firmar la baja voluntaria. El motivo no es otro que la desesperación económica. Y es que la última nómina que se pagó fue la de febrero de 2010. Ante esta situación, y frente a un futuro nada halagüeño, algunos trabajadores prefirieron marcharse de la empresa para poder cobrar el paro cuanto antes, aunque eso significase renunciar a su indemnización por los despidos que se van a producir ahora.

Aunque tampoco parece pintarles mucho mejor la situación a los que han permanecido en el barco. Desde la empresa se alude a la falta de dinero para no poder hacer frente a las indemnizaciones, con lo que la patata caliente podría ir a parar a manos del Fondo de Garantía Social (Fogasa).

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