Hoy ha salido a la venta el primer número de Público. Y la verdad es que llevaba varios días con ganas de ver qué nos deparaba este nuevo diario.

Cuando me he levantado he visto en el blog de Nacho Escolar que la web no funcionaba, pero ahora mismo ya funciona a la perfección.

El propio Nacho también contaba, estupefacto, que los 250.000 ejemplares de Público se han agotado en cuestión de pocas horas. Muchos podrían ser los motivos de este éxito, aunque pocos parecen determinantes:

- El interés de la gente por el nuevo periódico-->> lo cierto es que la mitad de la gente ni se habrá enterado, ya que tampoco es que se haya anunciado a bombo y platillo

- La promoción de películas que regalaban-->> de estas promociones nos hemos enterado por otros medios, así que tampoco parece un factor muy determinnate

- El anunció en televisión: debido a la polémica por el 'Fuck Bush', el anuncio apenas ha podido verse por televisión. Además, aunque se hubiese visto mucho, no creo (y esto ya es una opinión personal) que eso haya sido el detonante para que la gente se lance a comprarlo. El triunfo o no de Público debería verse con la sucesión de números, no por el mero hecho de su salida.

En PRNoticias afirman que el diario había prometido el total de la venta a los kioskeros, con lo que éstos previsiblemente animarían a sus clientes a comprarlo. Lo cierto es que cuando yo lo he comprado (en el sexto o séptimo kiosko en que lo he intentado) había dos señoras llevándose Público junto con otro periódico, con lo que quizá esta teoría tuviera sentido. Sin embargo, en PRNoticias van más allá y aseguran que el diario no ha cumplido su compromiso con los kioskeros, con lo que estos lo habrían retirado.

Marujeos aparte, lo cierto es que he comprado este nuevo periódico y me he puesto a ojearlo. De entrada sorprende la doble portada (la de alante es la de información general y la de atrás la de deportes). En la portada general encontramos un diseño muy similar al de los habituales periódicos gratuitos (ADN, Qué, 20minutos, etc.), con grandes filetes separadores y con una gran imagen central. La gente de Público ha decidido comenzar fuerte, con un reportaje de investigación en el que afirman que Javier López 'Thierry' es el actual número 1 de ETA. Lo cierto es que han hecho bien en comenzar fuertes, ya que sus compis de El País hoy asumían la nueva competencia publicando el acta secreta del encuentro entre Bush y Aznar cuatro semanas antes de la invasión de Irak.

Al pasar la página nos encontramos con un hecho, en mi opinión, agradable, y es la NO existencia de editorial, ya que, como dice el propio Escolar, "el editorial es una figura periodística que tenía sentido en el siglo XIX, cuando la opinión no era libre y a veces era necesario parapetarse tras la cabecera del diario, desde el anonimato, para opinar con mayor libertad. Ahora no tiene sentido".

Lo cierto es que las primeras páginas me confunden un poco, ya que comienzan con una sección llamada 'En portada' que ya cuenta con diversos artículos (Pizarro y su salida de Endesa y las declaraciones de Solbes sobre "la despensa del PP"), pero justo después viene la sección de Opinión, con lo que uno no acaba de saber muy bien dónde colocar lo anterior. Entre los columnistas de opinión, que se distribuyen a lo largo de todas las páginas, encontramos a gente de primer nivel (Espido Freire, Labordeta, Manolo Saco o Miguélez), aparte de los que están por venir (Camilo José Cela, el Gran Wyoming.

Tras la opinión, encontramos la sección 'Mundo' (tradicionalmente llamada 'Internacional') y a continuación llega la sección 'Política', que se centra ya en el panorama político nacional. Tras ella, 'Actualidad', 'Dinero' ('Economía') y 'Ciencias', y es donde el nuevo diario hace un pequeño parón para incluir un suplemento en el que presenta su declaración de intenciones, su línea editorial y a su plantilla de redactores, administrativos, diseñadores, maquetadores, etc. A continuación encontramos 'Medio ambiente', 'Tecnología' (con un 'interesante-interés' por los videojuegos), 'Salud' e 'Investigación'. Y llega el turno de 'Culturas', una esperanzadora sección de nada menos que 6 páginas que hablan de música, fotografía, arte o literatura pero de un modo distinto al tradicional.

El periódico se va cerrando con las habituales secciones de 'Cartelera', 'Televisión' y demás. Y, ¿dónde están los deportes? Pues después de la televisión. Como decíamos antes, Público cuenta con una doble portada, y los contenidos de deportes ocupan las últimas páginas del diario. Lo cierto es que son pocas las páginas dedicadas a esta sección (apenas 5, frente a las 6 de Cultura), aunque presentan un perfil muy interesante, alejándose de los periódicos de información general (cuyas páginas de deportes son infumables) y acercándose a los diarios deporivos. A mi parecer, de estas páginas cabe destacar la sensacional entrevista que Miguélez, redactor jefe de la sección, hace a Raúl, delantero del Real Madrid.

En general podemos decir que Público presenta una estructura y un diseño muy cercanos a los de los diarios gratuitos, aunque con evidentes intenciones de hacerse un hueco entre la prensa de pago. Por suerte o por desgracia, con frecuencia los diarios gratuitos se alejan de la seriedad (y a veces incluso del rigor) de los diarios generales, y he de confesar que mi mentalidad retrógrada hizo que el diseño físico de Público me hiciese desconfiar de su seriedad. Aún no habíamos visto en España un diario a medio camino entre el trabajo de los diarios de pago y los gratuitos, y la verdad es que se agradecen sus intenciones, que por ahora parecen bastante buenas. Tiempo habrá para que los tradicionalistas (entre los que, muy a mi pesar, me incluyo) nos convenzamos de que el hecho de que un diario se publique a todo color no implica que su información sea de 'chichinabo' (pero lo cierto es que algunos diarios gratuitos han contribuido de horrible manera a esa mala fama).

El tiempo le dará la razón a Público o se la quitará, es demasiado pronto para juzgar (lo siento, señores despellejadores). Pero lo cierto es que por ahora no pinta nada mal. Que así siga.