Aunque cada vez es más usual que un periódico de tirada nacional dedique alguno de sus espacios a hablar de la SGAE, nunca se le había dedicado un espacio tan amplio como el que le dedica hoy Público, que la incluye incluso en la portada.

El periódico de Jaime Roures publica hoy un reportaje titulado 'SGAE: la punta del iceberg de un entramado societario', en el que cuenta a sus lectores algunos detalles un tanto escabrosos sobre esta entidad, como el hecho de ser propietaria de un conjunto de sociedades limitadas a pesar de tener prohibido el ánimo de lucro. Este entramado empresarial de la SGAE no es ninguna novedad para los que siguen habitualmente este tema, pero, como digo, sorprende ver una noticia así en un periódico nacional.

El reportaje desgrana que la SGAE tiene principalmente dos brazos activos:

- Sociedad Digital de Autores y Editores (SDAE), una sociedad limitada (con derecho al lucro, por tanto), que viene a ser el "brazo tecnológico de la SGAE", puesto que ésta le traspasó todos sus activos tecnológicos en 2003. SDAE se dedica a la venta de los sitemas de copia de protección privada (el famoso DRM) y forma parte de entramados mercantiles como el Sistema Argos, junto a la SGAE espñaola y francesa.

- Fundación Autor: entidad sin ánimo de lucro, pero única accionista de Iberautor, una sociedad limitada que a su vez es principal o única propietaria de otras cuatro sociedades limitadas que ingresan dinero a través de la publicación, edición o distribución de material cultural o a través de la programación de espectáculos (gestión de teatros, etc.).

El reportaje también nos cuenta las diversas formas que tiene la SGAE de sacar dinero de su entidad, como es el reparto de capital mediante una fórmula que no desvela (y que debería desvelar al ser una entidad colectiva sin ánimo de lucro), el traspaso de activos (a SDAE, por ejemplo) o la eventual contratación de sociedades que, en principio, legalmente no dependen de la SGAE pero con las que comparte cargos directivos o incluso domicilios. Es el caso, por ejemplo, de Microgénesis, entre cuyos productos se encuentra la Central Digital, una plataforma de venta de discos a tiendas de música virtuales y a la que se adhieren varios autores (como el ciudadrealeño Tony Marquina, por ejemplo).

Mucha más información en el reportaje completo.

(ACTUALIZACIÓN): en PRNoticias nos cuentan que este artículo, firmado por Ana Tudela, es un calco de otro que la propia Ana ya publicó el 13 de julio de 2007, cuando trabajaba en El Economista.

P.D.: En PRNoticias se han especializado en destapar falsas exclusivas de Público.