(Fotografía de Pablo Díaz-Pintado)

Gracias a Miciudadreal nos enteramos de que desde el pasado 20 de octubre, en la sección Yo, periodista de El País, el manzanareño Pablo Díaz-Pintado denuncia la precaria situación en la que se encuentra el patrimonio de la localidad y el escaso interés del Ayuntamiento por conservarlo.

El Ayuntamiento de Manzanares, según Pablo, "además de respaldar la demolición de inmuebles de interés arquitectónico, algunos de ellos incluidos en la Carta Arqueológica Municipal realizada por encargo expreso de la Junta de Comunidades, incumple su obligación legal de intervenir en defensa del patrimonio catalogado por el propio Consistorio, como ocurre con la llamada Casa de Josito (s. XVIII), la Fábrica de Harinas (s. XIX) o el Molino Grande (s. XVIII), el último molino hidráulico que queda en el término municipal".

Pablo denuncia con especial ahínco la situación de la Casa de Josito, que, pese a ser un edificio protegido y catalogado, ya a finales de 2004 su interior fue expoliado para acelerar su demolición. Según la Ley del Patrimonio Histórico Español y la Ley del Patrimonio Histórico de Castilla-La Mancha, el Ayuntamiento manzareño debía haber evitado este expolio, pero el alcalde, Miguel Ángel Pozas, fue más allá y el 17 de mayo de 2005 autorizó el derribo de la Casa de Josito. No obstante, las asociaciones 'Restaura Manzanares' e 'Hispania Nostra' lograron paralizar el derribo, aunque esta casa sigue en peligro de un grave deterioro.

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