El próximo 28 de noviembre tendrán lugar las elecciones a rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM). Ayer podíamos leer en CR Diario el siguiente comentario al respecto:
Parece que las instalaciones de la Universidad de Castilla-La Mancha bullen estos días ante la convocatoria de elecciones que dilucidarán quién ocupa el rectorado en los próximos años.
Ernesto Martínez Ataz, actual rector de la UCLM, ha hecho pública su intención de continuar al frente de la universidad.
Otro candidato, Jose María Cantos, ofreció un desayuno informativo para dar a conocer su candidatura.
Mientras tanto, los estudiantes se hacen una pregunta existencial:"¿habrá botellón este jueves?"
En absoluto es mi intención criticar este comentario de la gente de CR Diario, ya que tienen más razón que un santo. Como reza el título de este artículo, a los alumnos de la UCLM no les interesan en absoluto las elecciones a rector... ni falta que les hace. Y son varios los motivos que defienden mi teoría:
- Importancia: No juguemos ahora a abanderados de la participación electoral. Estamos hablando de unas elecciones a rector, que, de forma brusca y seguramente algo exagerada, podemos decir que se encuentran a medio camino entre unas elecciones a presidente del Gobierno y unas elecciones a presidente de la comunidad de vecinos. ¿Cuántos de ustedes votaron en el último referendum sobre la constitución europea? ¿Y en las elecciones al Parlamento Europeo?
- Voto ponderado: según los estatutos de la Universidad de Castilla-La Mancha, el rector es elegido mediante sufragio universal ponderado. Es decir, no todos los votos valen lo mismo; dependerá del status universitario del votante. El reparto de porcentajes de ponderación es el siguiente:
* Profesores doctores pertenecientes al cuerpo docente universitario: 51%
* Profesores no pertenecientes al grupo anterior: 15,5%
* Estudiantes y becarios de investigación: 15,5%
* Personal de administración y servicios: 5,5%
Conviene destacar que en noviembre de 2004, la UCLM contaba con 940 profesores docentes pertenecientes al cuerpo docente universitario, 1.161 profesores no pertenecientes al grupo anterior, 30.723 estudiantes y becarios de investigación y 974 miembros del personal de administración y servicios. Así pues:
* 940 personas representaban el 51% del valor de los votos
* 1.161 personas, el 15,5%
* 30.723 personas, el 15,5%
* 974 personas, el 5,5%
Nada más que decir en este punto.
- Paso efímero por la universidad: Los que tienen mayor suerte, paran por la universidad tres (diplomados) o cinco (licenciados) años. Los que menos suerte tengan, no escatimemos en exageraciones y pongamos que están por aquí ocho años. ¿Realmente es ése un tiempo por el que merezca la pena preocuparse? Les puede parecer un motivo banal, pero me gustaría saber si ustedes votarían nuevo presidente del Gobierno sabiendo que les quedan tan sólo dos años de vida; además, la diferencia entre ambas situaciones es que sus hijos tendrían que aguantar al presidente del Gobierno al que ustedes votaron, pero no al rector que eligieron a los 18-25 años.
- Relevancia real del cambio: A este punto también lo podríamos llamar indiferencia, pero prefiero llamarlo relevancia, ya que ésta es la detonante de la indiferencia. Ante todo, debemos ser reflexivos y pensar en el mecanismo de funcionamiento de las universidades en general y de la nuestra en particular. La nuestra es una universidad pública, con lo que la mayor parte de las posibles reformas de educación o la proliferación de otros servicios (programas para estudiar y realizar prácticas en el extranjero, becas de colaboración, etc.) vendrán marcados desde arriba (Junta de Comunidades, Gobierno central, Espacio Europeo de Educación Superior (Plan Bolonia)), etc. De este modo, las alumnos no poseen consciencia de poder participar en la toma de decisiones a través de su voto en las elecciones a rector, ya que dichas decisiones, además de venir desde arriba, vendrán impuestas. Los factores universitarios que afectan directamente a los alumnos en la universidad funcionan por pura inercia.
- Inexistencia de programas electorales: Si al alumno le diera un repentino ataque de voluntad política universitaria (que Dios no lo quiera), se encontraría, como el resto de la comunidad universitaria, con que desconocemos casi por completo los programas electorales de los dos candidatos. El aspirante a rector, José María Cantos, ofreció en la mañana del lunes un desayuno informativo a los medios de comunicación en el que explicaba dicho programa (repito, a los medios de comunicación). En este desayuno informativo, de casi cuarenta y cinco minutos de duración, Cantos dedicó unos cuarenta minutos a criticar el mandato de Ernesto Martínez Ataz con expresiones vacías ("se ha perdido la ilusión", "es hora de que las cosas cambien") y tan sólo cinco minutos a explicar su programa electoral, que tan sólo parecía pasar por llevarse al rector del edificio del rectorado para que el vicerrectorado funcione con una cierta autonomía y dependencia del rector. De Martínez Ataz sabemos algo más, ya que ha sido nuestro rector desde 2003, cuando se presentó con un programa cuyas directrices y líneas básicas estaban ya marcadas por Luis Arroyo, su predecesor.
- Desconocimiento de los candidatos: No nos engañemos, no estamos ante unas elecciones a la presidencia del Gobierno en las que desde hace años conocemos el día a día de cada uno de los candidatos y sabemos el más mínimo detalle de ellos. Además, en la Universidad de Castilla-La Mancha contamos con el hecho de contar con cuatro campus (y otras sedes menores), con lo que habrá miles de alumnos que no conozcan a ninguno de los dos candidatos porque ni siquiera han pasado nunca de forma estable por su campus (los de Cuenca, por ejemplo).
Éstos son algunos de los motivos por los que afirmo que unas elecciones a rector no es que no interesen a los alumnos; es que no interesan ni a la madre que los parió. Existen muchos más motivos para comprender que a los alumnos se la suden estas elecciones. Quizá también haya motivos para lo contrario, así que, si se les ocurre alguno, les animo a que me comenten por qué deberían interesarme estas elecciones. Mientras tanto, me seguirá interesando más saber si este jueves hay o no botellón.
ACTUALIZACIÓN: También se debate sobre este artículo aquí.
The Washington Post, fundido a negro
Hace 7 horas
2 Comentarios en A los alumnos no les interesan las elecciones de la UCLM... ni falta que les hace (ACTUALIZADO)
Cierto todo lo que dices, pero solo una puntualización, el tanto por ciento de representación del sector alumnos y becarios de investigación no es el 15'5, sino casi uun tercio, es decir, el 28 % (creo). En caso de reparto de votos entre varios candidatos, (2 ó mas) si los alumnos votasen en gran número, podrían determinar la balanza hacia un lado u otro.
Hola anónimo. Para determinar los porcentajes me he basado en los estatutos de la UCLM, cuyo enlace encuentras en el artículo. De todos, yo incluso pensaba que era un porcentaje aún menor; de las anteriores elecciones creía recordar que rondaba el 5%.
Por otro lado, el factor de lal voto ponderado no creo que sea una causa de la abstinencia estudiantil, sino, en todo caso, un motivo más para ella. Pero no su causa; su causa principal es que la gente pasa de votar, no hay más misterio. Debí ordenar los factores por importancia.
Gracias por participar en los comentarios. Esto enriquece el blog
Un saludo
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