Queridos Magos de Oriente (no os doy tratamiento de Reyes, porque nada espero de las majestades, que era ya republicano en el útero de mi madre; pero sí espero algo de algún poder mágico que se os supone, y que viene al pelo en estos momentos de la Historia de España):

En 2007, como casi todos los españoles, he pagado mis impuestos, he asumido todas las Leyes con las que a la Monarquía de Partidos le plugo avasallarme, he trabajado por un sueldo mísero, he pagado comisiones usurarias a la Banca y, en definitiva, he sido lo que se dice muy bueno todo el año; y también los treinta años anteriores; así que, tan seguro de mi virtud como de vuestra magnanimidad, os escribo esta carta en nombre de todas las gentes como yo, que son los españoles de bien.

(..)

Lo que os pedimos que nos traigáis este año es una modificación del artículo 99 de nuestra más o menos vigente Constitución (el que se refiere a la elección del Presidente del Gobierno). (...) Queremos que el artículo 99 quede redactado así:

Art. 99:

1."El Presidente del Gobierno será elegido por el Pueblo Español una semana después de las Elecciones Generales al Parlamento, en segunda vuelta entre los candidatos de las DOS listas más votadas al Congreso en toda España".

2."Esa segunda vuelta otorga mayoría absoluta popular en el Poder Ejecutivo al Presidente. El Presidente electo dejará inmediatamente de ser Diputado, ocupando su lugar el siguiente en la lista de su circunscripción. El Presidente no se debe a su partido, sino al Pueblo Español que lo inviste".

3."El Presidente no puede redactar leyes, ni siquiera en forma de Decreto, ni el Parlamento puede injerirse en las tareas del Ejecutivo. Los dos Poderes, Ejecutivo y Legislativo, serán estrictamente independientes y mutuamente vigilantes. Cualquiera de los dos Poderes, en caso de grave crisis, puede disolver ambos Poderes y convocar nuevas elecciones".


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