No quería pronunciarme pero creo que las circunstancias obligan, que no me puedo callar por coherencia con mi trayectoria personal. España se juega mucho y el voto de cada uno cuenta, y puede ser decisivo.

A un lado hay una propuesta en positivo, que representa la España optimista y vital, la del esfuerzo, la de la trabajo bien hecho. Al otro, un candidato populista de brocha gorda, que nos dejará en evidencia cuando salga más allá de los Pirineos, que se burla de las mujeres, que ridiculiza a los inmigrantes y se mofa de sus costumbres. Uno tiene el apoyo de la gente. El otro, el de la televisión.

Sé que me estoy metiendo en un charco, pues el propio grupo empresarial para el que trabajo apuesta por el otro candidato. Pero hay momentos en la vida de un hombre donde debe tomar partido, donde no se puede permanecer impasible, cueste lo que cueste.

Hay que votar porque el que calla otorga, porque el futuro es nuestro, porque creemos en una España mejor que mire a Europa sin vergüenza, sin complejos, sin quedar en ridículo.

Basta ya de frikis y de reggaetón tuno. Hay que votar a La Casa Azul.


Sacado del blog de Nacho Escolar (yo lo reproduzco casi sin enlaces).