Las tontas y feas, sin tetas y con chepa, no se comen una rosca

Si han triunfado 'Yo soy Bea' y 'Sin tetas no hay paraíso', y ayer se estrenó a bombo y platillo 'Las tontas no van al cielo' (Antena 3)… ¿Por qué no vamos un poco más lejos y hacemos el producto televisivo misóginamente perfecto? Es decir, una ficción que más que humillar a las mujeres, las desprecie, las vilipendie y las escupa en un ojo para, después, utilizarlas como objetos de Todo a un euro y burlarse de todos sus posibles defectos.

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Antena 3 estrenó ayer 'Las tontas no van al cielo', el clásico culebrón 'celebrities'. Es decir, basado en las vidas y milagros de los ricachones de algún país latinoamericano donde la mayoría de la población tiene que luchar cada día por sobrevivir. En este caso, México. Ya saben, esos culebrones con sus chuloputas y sus fulanillas como protagonistas. Un auténtico asco en el que siempre salen perdiendo las mujeres: las amigas de la novia, en bikini, bailan sumergidas en una piscina. El novio, en una despedida de soltero, rodeado de bailarinas medio en pelotas, termina en la habitación de un hotel sucumbiendo a una conejita depredadora. Lo que son las mujeres…

Objetos. Algunos tan horrorosos como Bea, el esperpento femenino de Telecinco, que se ve obligada a iniciar la próxima semana su transformación física. Y es que 53.849 capítulos después, está claro que esta secretaria modelo, por muy eficaz y buena persona que sea, no llegará a nada en la vida si no mejora su aspecto. Y no les digo nada de las putillas de 'Sin tetas no hay paraíso', alicatadas hasta el cuello y siempre en manos de hombres todopoderosos.

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