Leyendo a Juan Varela descubro que la BBC ha creado la BBC Sound Index, una lista social de éxitos musicales. Desde la cadena se hace uso de una tecnología de supercomputación semántica mediante la que analizan más de 23 millones de comentarios, post de blogs, descargas y perfiles de músicos para construir la lista de los tops de la música 2.0. De este modo, se pretende hacer, al margen de las tradicionales listas de ventas o de las radios, una lista que sea el fiel reflejo de la música que se escucha en internet.

Y uno se pregunta: ¿esto es bueno? Pues hombre, sí y no, pero más bien no. No está mal la idea de crear una lista que pueda orientarnos de un modo veraz acerca de la música que se escucha en el mundo. Sin embargo, al hilo de este hecho se pueden hacer varias reflexiones: la más inmediata es que pretender que esto sea un muestreo representativo de la música que se escucha en el mundo es bastante pretencioso, ya que dejamos a un lado a la gente que no usa internet. Pero bueno, también es cierto que las listas de las radios dejan fuera a los no-radioyentes y las de ventas a los que no compran discos.

Por otro lado, es importante considerar que una de las maravillas de internet es que, a su manera, construye un mundo medianamente distinto al de la realidad de la calle, mientras que con este tipo de iniciativas llevamos al terreno de las nuevas tecnologías una pandemia de la sociedad urbana, y es la enfermiza obsesión por crear listas, listas y más listas, absolutamente de todo.

Además, ¿acaso ofrece alguna novedad este tipo de listas? Cuando los defensores de internet lo esgrimimos como modelo de democracia cultural nos referimos al libre acceso y, sobre todo, a la libre búsqueda (y esta palabra es clave) de música (o literatura, o cine, o lo que sea) alejada de la industria. Pero que la gente que quiere acceder de una forma libre a la cultura use internet no quiere decir que todos los que usen internet lo hagan para acceder de una forma libre a la cultura. No olvidemos que uno de los programas que más se usan en internet, además de la mera navegación, es el Messenger, y somos muchos los que, mientras chateamos o damos una vuelta por las principales páginas de internet, tenemos música de fondo. De este modo, esta lista no sólo contabiliza a los buscadores de música independientes, sino también a la gente que durante varias horas al día se expone a la dictadura de la industria (mediante radio, televisión, etc.) y cuando está en internet reproduce esa misma música. Líbreme Dios de criticar que también incluyamos en la lista a los oyentes de los 40, pero es innegable que esta lista no aporta ninguna novedad respecto al resto de listas. Y si no, echemos un ojo a los primeros puestos, en los que aparecen Britney Spears, Chris Brown, Leona Lewis, Mariah Carey o Rihanna. ¿Se diferencia mucho, entonces, esta lista de las que ya conocíamos?

Entonces, ¿para qué puede servir esta lista? Pues, mal que nos pese, no es sino una nueva vía que allana el camino para que la industria musical acabe imperando en este medio tan bonito y tan -hasta ahora- democrático que es internet. La enfermiza obsesión por las estadísticas de la que hablábamos antes hará que, cuando esta lista comience a convertirse en un referente, la industria no dude en avalanzarse sobre ella y comience a llenar los primeros puestos con sus artistas llevando cabo medidas tan efectivas como poco éticas.

Así pues, démonos la enhorabuena, ya que con una iniciativa como ésta estamos dando un pasito más para convertir un espacio libre en pasto de la industria musical.

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