Hace unos días conocimos el comentario del científico y ministro de Sanidad, Bernat Soria, que en una conferencia dijo que "los embriones no tienen alma hasta pasados al menos 14 días". Al margen de la indudable autoestima que debe tener una persona que se atreve nada menos que a calcular la edad del alma, sobre todo esto destaca un aspecto importante: la propia alusión al concepto del alma.

Cuanto menos, resulta chocante que esta frase la haya soltado un ministro de un Gobierno que aboga por un Estado laico y que cada dos por tres anda a la gresca con la Iglesia discutiendo si diversas cuestiones y argumentos de fe han de ser tenidos o no en cuenta en los debates sociales. Y es que podremos recurrir a distintas fuentes filosóficas, antropológicas o incluso científicas (el nacimiento de las neuronas, del sistema nervioso, etc.) para adentrarnos en este debate, pero creo que a nadie se le escapa que, aunque muchos aludamos al alma sin tener ningún tipo de sentimiento religioso, parece complicado hablar de ella en términas científicos y absolutos e incluso resulta bastante pretencioso ponerle edad de forma tan tajante a algo que parte de la fe humana. No sé hasta qué punto Bernat Soria será capaz de hacer caso omiso a la Iglesia cuando él mismo se mete en asuntos que tan sólo atañen a la fe humana y que ni los grandes filósofos han definido de forma tan tajante y tan dogmática.

Compartir: Agregar a Technorati Agregar a Del.icio.us Agregar a DiggIt! Agregar a Yahoo! Agregar a Google Agregar a Meneame Agregar a Furl Agregar a Reddit Agregar a Magnolia Agregar a Blinklist Agregar a Blogmarks