La incipiente preocupación de más de uno por la violación de derechos de autor ha desencadenado en una batalla feroz que ya nada tiene que ver con la supuesta violación o no del copyright, ya que es innumerable el número de canciones y letras que se parecen, homenajean o parodian entre sí. Muchas veces, los fans hemos reducido hasta el absurdo este debate y, cada vez que un artista se ha visto envuelto en una acusación de plagio, simplemente nos hemos dedicado a criticar al artista según nuestra afinidad: si nos gusta, ha hecho un claro homenaje; si no nos gusta, e sun patético plagiador al que ójala le caiga una buena multa.

La última psicosis ha venido por el tema de Enrique Bunbury, al que, como todos sabemos, se le ha acusado de plagiar burdamente dos versos del poeta Pedro Casariego. Este tema abrió la veda para sacar del baúl los textos viejos y Alejandro Arteche recordó que Bunbury plagió en muchísimas letras a Oscar Wilde, Baudelaire, Nerudo o benedetti, entre otros. Esto del plagio resulta especialmente gracioso. Hombre, en el caso de Pedro Casariego quizá sea distinto, ya que es un autor más o menos deconocido, pero cuando hace poco le han preguntado a Bunbury si había cogido versos de Benedetti o Neruda en canciones de Héroes del Silencio, dijo algo parecido a: "Pues claro, ¿ahora te das cuenta?".

Y es que ahora nos ha dado por buscar culpables en todos sitios. Los usuarios, que ya hemos aceptado que no somos culpables de nada por bajarnos música de internet, hemos decidido ir a cuchillo a por esos artistas cuto séptimo acorde es clavadito al de otra canción o cuya letra es obvio que está inspirada en otra. Este hecho en ocaciones dice mucho del conocimiento y la sensibilidad que a veces tenemos los fans al pensar en el proceso compositivo de los artistas y de los grupos que les han marcado en este proceso.

¿Acaso hemos de acusar a un artista de plagiador cuando coge una letra de otro autor y le da una nueva dimensión con otra música? ¿Hemos de lanzarnos contra él cuando coja unos acordes de aquella canción que tanto le marcó y los ponga en la suya? Ante todo, servidor cree que es cuestión de actitud. Es evidente que hay que señalar con el dedo a aquellos que cogen cosas de aquí y de allá y se empeñan en hacerlo suyo y tan sólo suyo, como fue el caso de Mikel Erentxun, que tuvo que reconocer el plagio a Lightning Seeds cuando éstos ya le habían denunciado (antes de la denuncia, defendió a muerte el caráctre inédito de la canción). Sin embargo, me parece totalmente absurdo que tenga que sufrir una acusación pública un artista que en ningún momento tiene problema en decir que tal acorde viene de tal canción o que ha cogido unos versos de tal poeta porque le marcaron durante una época determinada y para él supone un escalofrío de emociones meterlos en su canción. Como digo, considero que todo es cuestión de actitud, y si un artista reconoce sus fuentes y sus inspiraciones, sería un horrible absurdo cortar las alas a sus homenajes y recordatorios musicales.

Porque si hiciéramos eso, entraríamos en una dinámica según la cual la música rock habría acabado en 1950, la folk en los 70, la rap en los 80 y la electrónica en los 90, y a partir de ahí no se podría hacer nada. Tonto sería el que en su actividad diaria (componer canciones, diseñar apartamentos, escribir artículos...) no reconociera unas fuentes claras y evidentes. ¿Dónde está el problema, en que se calque algo? Precisamente, qué mejor -y más honesta- forma de homenajear a alguien que coger su obra tal cual e insertarla en la mía. Quizá podría haber alguna confusión si la cogiese y la mostrase de forma un poco escondida, pero el hecho de mostrarla tal cual demostraría un homenaje evidente, ya que nadie plagiaría algo y lo haría pasar por suyo creyendo que su mentira tendría las patas largas.

Algunas acusaciones de plagio realmente resultan tan absurdas como incomprensibles: ¿Acaso debemos acusar a El Canto del Loco de plagiar a Platero y Tú? Parece un poco inútil, ya que el propio Dani Martín ha dicho siempre sin problemas que ha cogido estructuras calcadas de un grupo que siempre le ha marcado. ¿Vamos entonces a por Pereza por hacer una canción con acordes calcados de los Beatles? De nuevo inútil, ya que la canción se llama 'Beatles'. Y a Eskorzo, ¿tendrá que demandarles el autor de 'Clavelitos' por cantar su canción? En ese caso, ¿tendrán que lanzarse a por ellos también los inventores de la música cabaretera por imitarla de forma burda? Porque si nos ponemos en esas, entramos en un terreno muy peligroso: ¿Tendrá que lanzar una ofensiva el que los ritmos de órgano en el rock&roll a por Fito y los Fitipaldis? (Y menos mal que Robe es amigo, que si no...). ¿Tendrán que ir los inventores de la ranchera a por Huecco? ¿O a por La Pulquería? Y así hasta el infinito.

En definitiva, los ciudadanos, bajo un régimen interno, quizá deberíamos plantearnos un concepto del plagio más allá del establecido por las leyes y añadirle un factor social y de intencionalidad. Porque si no, las obras se habrían acabado hace siglos.

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