A causa de la dichosa y maldita crisis económica, este mundo se está convirtiendo en un enorme teatro en el que cada cual interpreta su papel, un papel que puede cambiar según las circunstancias, los arreglos del guión o los intereses de los personajes.

Un ejemplo claro lo tenemos en las empresas, especialmente los bancos (con 'bancos' nos referiremos a bancos y cajas), a los que la crisis les ha venido de perlas para denunciar la alarmante situación en la que se encuentran y pedir -o incluso exigir- la ayuda del todo el que pase cerca (los bancos son como la SGAE, pero en el sector financiero). Así, durante todos estos meses hemos visto cómo los bancos hacían públicas sus negativas cifras de negocio y engordaban de manera abundante sus pérdidos para así obtener los máximos beneficios y ayudas de papá Estado. Sin embargo, los bancos, como siempre, no cayeron en ese pequeñísimo detalle que son sus clientes de a pie, que quizá no verían con muy buenos ojos que su banco se derrumbe y comenzarían a poner en duda la conveniencia de seguir en esa entidad.

No obstante, sí que hubo una Caja que cayó más o menos a tiempo en este detalle y fue capaz de poner un pequeño parche y llevar a cabo una campaña para tranquilizar y contentar a sus clientes: esa Caja fue Caja Rural. Caja Rural no ha sido precisamente una suertuda a la hora de esquivar el decrecimiento económico, ya que la crisis de las hipotecas subprime le llegó apenas cuatro días después de producirse. Tras esto, como el resto de bancos y cajas, Caja Rural se mantuvo expectante a la evolución de la desaceleración, hasta que en junio de 2008, cuando desde el Gobierno español se evitaba decir la palabra maldita, el presidente de la Caja Rural de Asturias hablaba de "crisis pura y dura". Parece obvio que no eligió un buen momento para hacer esas declaraciones, ya que éstas no dejarían demasiado tranquilos a sus clientes, que podrían cambiar de entidad en cualquier momento.

Así pues, en la segunda quincena de junio, Caja Rural se dedicó a hacer campaña por todo el país predicando lo bien que les iba a pesar de que la inmensa mayoría de entidades financieras del mundo estuviesen arruinándose: Caja Rural presumió de beneficios en Teruel, en Córdoba, en Asturias, en Ciudad Real... Desde la entidad se ofrecían estos esperanzadores datos a la par que, por otros medios, íbamos conociendo otros datos no tan buenos.

No obstante, pasados los tres meses cumplimentarios, Caja Rural vuelve a la carga y vuelve a anunciar grandes y cuantiosísimos beneficios. Caray, éstos de Caja Rural deben de ser unos hachas: medio mundo en deuda y ellos venga a ganar y venga a ganar.

Y sus clientes, tranquilos, ¿no?

AMPLIACIÓN: En los comentarios, un lector nos aporta visiones de este tema muy distintas a las que exponemos en esta entrada. Os las pego:

Hablas de Caja Rural como si fuera una entidad, las que nombras Asturias, Teruel, Ciudad Real, Córdoba son empresas distintas que comparten en el nombre Caja Rural,
pero son entidades independientes, y cada una presenta sus resultados. La mayor parte de las Cajas Rurales pertenecen al Grupo Caja Rural, que no es propiamente un grupo bancario ya que no consolida balances ni responden unas por otras es más muchas de ellas compiten entre sí.

ottoreuss, las distintas cajas rurales son entidades independientes al igual que lo son por ejemplo dos cajas de ahorros entre si (Cajamadrid y La Caixa). Las Cajas rurales son cooperativas de crédito, no son cajas de ahorros y no todas forman parte del Grupo Caja Rural, que no es una corporación.


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