La publicidad siempre estará diferenciada tipográficamente de los textos elaborados en la redacción. Los tipos de letra reservados para las informaciones no pueden ser utilizados en la publicidad. Los anuncios cuyo diseño se asemeje a las columnas de un periódico deberán incluir en la cabecera la palabra ‘Publicidad’.

Lo que veis arriba es el artículo 1.30 de la sección 4 del Libro de Estilo de El País. En ese apartado se habla de las normas tipográficas y de maquetación que debe seguir un contenido que no es informativo, sino que se inserta en el diario a modo de publicidad.

La referencia a estas normas viene a cuento porque hoy en Soitu.es dan cuenta de un posible error -o una posible tropelía- de los compañeros de El País al insertar una publicidad que podría estar incumpliendo varios de los compromisos que exige el libro de estilo del propio diario. Cierto es que debajo de la información hay un titularcillo que reza 'Servicio ofrecido por Serviapuestas', que encima de la publicidad pone 'Publicidad' y que la tipografía de la publicidad es distinta a la del resto de noticias. No obstante, esta diferencia tipográfica tan sólo se aprecia si uno se fija mucho; si no, el contenido pasa como cualquier otra noticia. Además, visualmente, este espacio publicitario no se diferencia en casi nada del resto de informaciones que ofrece el diario, sobre todo si se hace uso de un fondo idéntico al de las noticias.

Hace bastante tiempo ya dimos cuenta por aquí de un ejemplo parecido. En el segundo número de Público, el diario mostraba una pequeña columna en la que informaba de la promoción de películas que ofrecía en ese momento. Sin embargo, como podemos ver en esta imagen, lo hacía con una maquetación totalmente idéntica a la del resto de informaciones. Y no quedaba ahí la cosa, ya que el texto publicitario incluso venía firmado, como si el redactor en cuestión hubiese ido a una rueda de prensa o hubiese llevado a cabo una larga labor de investigación y documentación para elaborar la noticia.

En principio, El País no tendría por qué estar haciendo nada mal, ya que el espacio donde está esta publicidad es exactamente el mismo espacio que acoge en todo momento los contenidos publicitarios de este medio. En todo caso, sería el lector el que debería darse cuenta de que lo que está ante sus ojos es publicidad. Sin embargo, es posible que todos los medios tengamos que plantearnos si no nos aprovechamos de esta no-culpabilidad para intentar colarle a nuestros lectores contenidos publicitarios como si fuesen informativos.

Por otro lado, también deberíamos plantearnos si los profesionales de la prensa sabemos realmente discernir entre lo que a veces es información y publicidad. Y es que, a diario, los medios escritos -por poner un ejemplo- insertamos en nuestras páginas notas de prensa que no son otra cosa que publicidad pura y dura, una publicidad que, por cierto, le sale totalmente gratis al anunciante e incluso le es mucho más provechosa, ya que irá maquetada en forma de noticia.

Pongamos un ejemplo: si Renfe anuncia una serie de descuentos en trenes de larga distancia, ¿eso es información o publicidad? ¿Y si es una compañía aérea la que informa de sus vuelos en un aeropuerto? ¿Podemos maquetarlo como una nota de prensa sin más? ¿O debemos exigirle al remitente que se ajuste a un espacio publicitario y pague por él?

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