Recuerdo que hace bastantes años -no recuerdo cuándo, pero yo debía de ser aún un adolescente- vi un reportaje en el telediario de Antena 3 (qué cosas) sobre la situación de desempleo en Estados Unidos. El reportaje finalizaba con una apocalíptica frase: "John estudió Informática, y ahora... tiene que trabajar de administrativo".
La frase, que tan lastimosa puede sonar en Estados Unidos, en España seguramente no provocaría la más mínima inmutación. Y es que Estados Unidos siempre ha tenido un sistema de empleo muy bueno, con lo que cualquier pequeña inestabilidad desembocaba en situaciones laborales que para ellos eran extraordinarias pero que en el resto de países son de lo más corrientes: que uno acabe trabajando en algo totalmente diferente a lo que estudió.
Suponemos que nuestro amigo John el informático en su puta vida habría querido trabajar de administrativo, así como muchos españoles desempeñan un trabajo que ni locos habrían desempeñado. Pero, ¿y los que hacen caso omiso a los estudios que llevaron a cabo y por voluntad y gusto propio acaban en un trabajo distinto al marcado por su formación académica? Es lo que a día de hoy llamamos intrusismo profesional. Ay, amigos, los intrusos, esos pequeños sátrapas que estudiaron algo por estudiar y luego se cambiaron de acera; esos pequeños ilusos y utópicos que estudiaron "lo que me gusta" y que luego se dieron cuenta de que lo que les gustaba no les daría trabajo ni en la vendimia. ¿Y qué hicieron? ¿Aceptaron su sino en un acto de consecuente valentía? No señor, se dedicaron a usurpar los trabajos de otros y bajar la consideración media del resto de profesionales correctamente formados.
Hace poco leía el blog de un gran periodista de Ciudad Real, Santos G. Monroy, un artículo sobre la posible creación de un Colegio de Periodistas en Castilla-La Mancha. En un momento del artículo, Santos dice lo siguiente:
Dadas las actuales circunstancias, lo más lógico sería que las organizaciones existentes centren sus esfuerzos en lograr la obligatoriedad de la posesión del título de Periodismo, en virtud de una Ley reguladora y de un proceso previo de habilitación profesional, antes de emprender acciones para la creación de un colegio. Ni más ni menos que como se ha hecho en el resto de las profesiones más respetadas.
Santos no aboga por enseñarles la puerta a los no licenciados en Periodismo que a día de hoy ya cuentan con experiencia laboral en este campo, pero sí que parece abogar por que en el futuro los únicos que puedan ejercer de periodistas sean los licenciados en Periodismo. El artículo también se publicó en Miciudadreal.es, donde se creó un debate en el que también participó Wenceslao Montarroso, compañero de Quijote Información y miembro de la Asociación de la Prensa de Ciudad Real.
La reivindicación a la que alude Santos es totalmente legítima, aunque servidor discrepa un poco. Como muchos de ustedes saben, el autor de este blog no ha estudiado Periodismo, con lo cual se inserta en ese -cada vez más- nutrido grupo de intrusos profesionales. En primer lugar, amigos, he de decir que el periodismo no es la única disciplina que sufre de esto que alguien se ha empeñado en llamar intrusismo profesional. Servidor estudió Filología Hispánica durante cinco años, y una de las salidas profesionales más concurridas para un hispanista es ser profesor de español. Pero fíjese usted por dónde que eso de dar clases de español en España como que no se lleva mucho (qué cosas) y el que quiere ser profesor de español tiene que dar sus clases en el extranjero. ¿Qué pasa? Que muchos hispanistas, ilusos de nosotros, hemos cultivado y recultivado la palabra castellana, pero nuestro conocimiento de otras lenguas se limita al How are you?. Sí, señores, muchos somos de esas personas que cuando ven a una chica francesa lo más inteligente que se les ocurre hacer es descojonarse de la risa mientras, con voz de gañán, dicen aquello de voulez-vous coucher avec moi ce soir? Ante estas perspectivas, estaba claro que los estudiantes de Filologías modernas (Inglesa, Francesa...) partían con una increíble ventaja sobre los hispanistas a la hora de dar clases de español en el extranjero, a pesar de que nosotros teníamos una mejor formación lingüística y de metodología de la enseñanza de esta lengua. Y no vean lo criticones que eran los estudiantes de Filología Hispánica, ¡que acusaban a los de Inglesa nada más y nada menos que de quitarles el trabajo! A servidor le ponía un poco de mala leche esta mezcla de ignorancia y catetada, ya que veía normal que un estudiante de Filología Inglesa fuese seleccionado antes que yo si yo no tenía ni pajolera idea de una lengua que tendría que hablar en mi lugar de trabajo. Personalmente, que un estudiante de Hispánicas se pusiese las pilas con los idiomas me parecía más productivo que lloriquear y criticar continuamente a los que en realidad están más capacitados que él. Y es que si una persona está más pendiente de lo que hacen los demás que de lo que sabe hacer ella misma, mal vamos. Si está más pendiente de desacreditar al que de verdad vale que de formarse como Dios manda, mal asunto.
No puedo hacer demasiada valoración de las palabras de Santos en su artículo, ya que no ha hablado mucho del tema en concreto que a mí me ocupa en esta entrada, pero sí que puedo hablar de las palabras que durante algún tiempo vengo oyendo de parte de algunos compañeros de profesión. Unos compañeros que creen que "no es justo que alguien sin el título le esté quitando el trabajo a un licenciado". Realmente me produce algo de pena que un profesional de la información esté más pendiente de los intrusos que de su propio trabajo. Sobre todo, me produce especial rabia cuando estas críticas vienen de periodistas totalmente profesionales, acreditados y competentes. ¿De verdad que esos periodistas temen por su puesto de trabajo? ¿En serio creen que un intruso va a entrar antes que ellos en una redacción?
Comprendo un poco más cuando las críticas vienen de periodistas a los que lo mismo les habría dado estudiar Periodismo que Relacionales Laborales o Magisterio Musical. Y es que es esta gente la que quizá debería preocuparse por la llegada de alguien que puede que no tenga el título de periodista pero que quizá ha hecho el doble de méritos y es tres veces más competente que algunos licenciados. Y no quiero hablar de mí: en Ciudad Real, mismamente, hay bastantes periodistas sin título que hacen su trabajo trescientas veces mejor que algunos licenciados. Y todos conocemos ejemplos.
Otros dicen que el intrusismo profesional ha degradado la profesión y la ha situado varios peldaños por debajo de donde estaba antes. Estoy totalmente de acuerdo con que el periodismo no hace más que bajar constantemente su calidad, pero, ¿de veras que eso es culpa del intrusismo profesional? Anoche estaba entrevistando a Pepe Cervera y hablábamos del periodismo ciudadano y del intrusismo profesional. Pepe Cervera me decía que la culpa de esto no la tienen ni los ciudadanos ni los intrusos, sino los propios periodistas:
"¿Acaso existe la neurocirujía ciudadana? ¿Un señor que abre una cabeza en el garaje de su casa es neurocirujano ciudadano? No, es un psicópata. La diferencia entre la neurocirujía ciudadana y el periodismo ciudadano o el intrusismo profesional es que la neurocirujía ciudadana está a años luz de la de verdad, pero el periodismo ciudadano y el intrusismo está casi al mismo nivel del periodismo con título. ¿De quién es culpa esto? ¿De los intrusos? ¿Qué calidad periodística nos ofrecen ahora mismo muchos de los licenciados? Quizá los periodistas deberían preguntarse qué han hecho mal para que su trabajo esté al mismo nivel que el de una persona sin la cuarta parte de su formación. Quizá deberían plantearse que a lo mejor esos intrusos lo hacen mejor que ellos. Si yo fuese neurocirujano y un señor en su casa supiese hacer lo mismo que yo sin ningún tipo de titulación, me plantearía que el que está haciendo mal su trabajo soy yo. Quizá los periodistas deberían plantearse eso antes de criticar a los demás".
He de decir que las palabras de Pepe Cervera me parecieron tremendamente acertadas. Cuando una persona denuncia el intrusismo en su gremio, debería pararse a pensar que si su jefe ha contratado a esa otra persona será por algo, y quizá debería plantearse qué ha hecho mal para que una persona sin título entre antes que él en una redacción. De todos modos, no todo son culpas de los periodistas, que los editores también tienen lo suyo. A día de hoy, estamos inmersos en un periodismo herido de muerte por la fiebre de la última hora. En el periodismo no hay tiempo para el análisis, para la interpretación de las noticias, sino que lo único que importa es llenar páginas y páginas con una información repetida, copypasteada y que en muchísimas ocasiones no le importa un pimiento a nadie. En el periodismo de hoy en día sobra información y falta interpretación. Lo peor de todo es que los profesionales acuden a una supuesta objetividad (já!) para disculpar que en su redacción se trabaje a un ritmo frenético y todos corran como pollo sin cabeza. Como decimos, muchas veces el periodista no puede elegir esto, sino que le viene dado de antemano, sobre todo si su jefe está más preocupado del volumen de noticias publicadas que de la calidad de éstas.
Por otro lado, los medios de provincias sufren de una precariedad insostenible en la que muchas veces los periodistas cubrimos temas de los que no tenemos ni idea, con lo que nos convertimos en meros transcriptores de ruedas de prensa. Y los políticos tan contentos, claro. De hecho, pobre de aquel que ose desafiar la información que da un político y saque la verdadera. Ya sabe que al día siguiente el jefe de prensa de ese político llamará a su superior en la redacción para cantarle las cuarenta. Todos conocemos ejemplos, ¿verdad que sí? Algunos concejales del Ayuntamiento de Ciudad Real son expertos en esto (por no hablar de la Junta, los diputados, los empresarios...).
Está claro que el periodismo no pasa -ni muchísimo menos- por un buen momento. No obstante, quizá habría que pararse a reflexionar, hacer un poco de autocrítica y preguntarse: ¿De verdad que todos los males del periodismo están provocados por el intrusismo profesional?
14 Comentarios en Periodismo e intrusismo profesional
Qué tal Carlos! No sabes cuánto te agradezco tus referencias en el blog. Acabo de leer tu artículo. Me parece brillante, coherente, y sincero. Obviamente discrepo, pero es bueno discrepar con alguien que aporta argumentos.
No obstante, creo que mi postura no está reflejada en todos sus matices. Defiendo, en efecto, la titulación periodística, pero en absoluto cierro las puertas a quien, ejerciendo la profesión y no estando en posesión del título, demuestre una experiencia contrastada. Esta situación no es nueva, sino que se ha planteado y resuelto en muchas profesiones reguladas por Ley. Es en este sentido en el que pido (bueno, más bien se trata de una pataleta porque la FAPE, al parecer, no tiene ninguna intención de hacerlo) una regulación nacional de la profesión, con su correspondiente Decreto aprobado por el Estado. Sería lo más lógico, y no ahora, sino desde que ese mismo Estado español decidió establecer el sistema vigente al crear las primeras Facultades de Ciencias de la Información y animar a los chavales a gastarse la pasta y cinco años en estudiar una carrera.
No se trata, pues, de cerrar las puertas a nadie, sino de reivindicar unos derechos básicos que muchos profesionales ya tienen y nadie les ha discutido.
Urge una regulación, sí, y no me importaría que en esa regulación, por ejemplo, se habilitara profesionalmente a un graduado social con dos años de experiencia periodística, o directamente a un licenciado en Hispánicas. Pero que haya Ley. Que haya regulación. Y que haya plazos para que se ordene el caos. Que se otorgue valor real al título de las escuelas de Periodismo, o a las de Filología.
Que se despeje este triste panorama de una vez por todas, aunque para ello sean necesarios años de gestiones y negociaciones.
Por otra parte, debemos partir de la base de que hablamos siempre de periodistas profesionales. Cualquier ciudadano tiene el derecho y el deber de expresar libremente su opinión, faltaría más, pero nos estamos refiriendo, en este caso, a personas que viven de informar, que necesitan una experiencia y/o formación mínimas, y que se enfrentan a riesgos que el "periodista ciudadano" no está en las mismas condiciones de asumir: elaborar una información, realizar un reportaje, editar video, producir la imagen, elaborar un artículo de investigación... Para todo ello se precisa, además de actitud periodística, de unas herramientas y recursos que hay que dominar.
Y, lo que es quizá más importante, esta labor acarrea en muchos casos unas responsabilidades legales y judiciales que no sólo se deben conocer: el periodista debe contar también con una protección eficaz, dados los riesgos que tiene que asumir, unos riesgos a los que el "periodista ciudadano" no puede hacer frente por falta de recursos. De ahí también la pertinencia de la regulación y la posterior creación de Colegios Profesionales realmente útiles.
Quizá sea ése el camino a seguir para empezar a enmendar tantas tropelías, empezando por las de las contrataciones. A propósito: sí, cuando un empresario contrata a una persona como periodista será por algo, pero lo triste es que, habitualmente, ese "algo" es, sencillamente, que le sale barato.
Obviamente, los males del periodismo no vienen únicamente del intrusismo profesional, pero a lo que no hay derecho es que abanderen esta profesión personajes cuyo único mérito ha sido concursar en Gran Hermano o ser el novio de la hija de una folclórica. Si tuviéramos un poco de vergüenza eso se habría acabado hace tiempo.
Y nada más. Enhorabuena, Otto, por tu actitud y tu espíritu combativo, que tanto se echa de menos en los tiempos que corren. ¡Sigue dándole duro a la tecla! ¡Un abrazooo!!!!!
El que personajes cuyo único mérito sea haber participado en Gran Hermano o ser novio de una folclórica ejerzan como periodistas es una pena, estamos de acuerdo, pero no se soluciona obligando a sacarse un título de periodismo a todo quisqui que quiera aparecer en un medio de comunicación.
También hay periodistas titulados que son una vergüenza para la profesión. Creo que el problema real no es el intrusismo sino la baja calidad del trabajo. Baja calidad ofertada y baja calidad exigida por el consumidor. ¿Como se puede garantizar una calidad en los contenidos? o dicho de otra forma ¿Qué tipo de regulación legal puede garantizar una calidad mínima en los contenidos? Creo que ninguna regulación legal puede asegurar eso. Sencillamente es una cuestión de educación. Ciudadanos mas formados exigirán contenidos de mas calidad, y solo se conseguirán ciudadanos mas formados dándoles contenidos de calidad. Toma Trampa-22!.
En realidad la única salida es que los buenos profesionales se esfuercen el doble (o el triple) en ofrecer buenos contenidos y lograr al fin que esos se impongan a la basura.
Por cierto, no soy periodista, soy ingeniero informático y creedme, sobre el tema del intrusismo somos expertos. En el artículo de Otto cambias "periodista" por "informático" y, salvo el último párrafo, lo suscribo al 100%.
Me gustaría hacer una distinción;
yo diferenciaría el hecho de estar en posesión de un título que te capacita para un determinado trabajo, por ejemplo, informático o periodista, y la posesión de conocimientos suficientes para desempeñar los precitados trabajos. Es decir, si un sujeto tiene la suficiente capacidad comunicativa, bien sea oral o escrita y transmite de forma correcta el mensaje en sí, puede ejercer de periodista. Digo yo que estas capacidades serán la base de la docencia universitaria en el campo del periodismo. Igualmente ocurre con la informática, si una persona es capaz de programar gracias a sus conocimientos adquiridos en otros planes de estudio que no sean los propios de la carrera de ingenieria informática, perfectamente puede ejercer.
No se trata, por tanto, de donde vengan los conocimientos del ejerciente, sino más bien de que esos conocimientos existan realmente. Un profesional que efectivamente lo es, no tiene porqué temer al intruso, el propio mercado lo fagocitará
Me gustaría hacer una distinción;
yo diferenciaría el hecho de estar en posesión de un título que te capacita para un determinado trabajo, por ejemplo, informático o periodista, y la posesión de conocimientos suficientes para desempeñar los precitados trabajos. Es decir, si un sujeto tiene la suficiente capacidad comunicativa, bien sea oral o escrita y transmite de forma correcta el mensaje en sí, puede ejercer de periodista. Digo yo que estas capacidades serán la base de la docencia universitaria en el campo del periodismo. Igualmente ocurre con la informática, si una persona es capaz de programar gracias a sus conocimientos adquiridos en otros planes de estudio que no sean los propios de la carrera de ingenieria informática, perfectamente puede ejercer.
No se trata, por tanto, de donde vengan los conocimientos del ejerciente, sino más bien de que esos conocimientos existan realmente. Un profesional que efectivamente lo es, no tiene porqué temer al intruso, el propio mercado lo fagocitará
"se enfrentan a riesgos que el "periodista ciudadano" no está en las mismas condiciones de asumir: elaborar una información, realizar un reportaje, editar video, producir la imagen, elaborar un artículo de investigación..."
Me extrañan dos cosas, que lo presentes como "riesgos" (?) y que digas que solo un periodista puede hacerlo. Ninguna de esas tareas, ni el conjunto, es exclusivamente periodistica. En infinidad de campos se realizan investigaciones y labores de ese tipo. Todo eso pueden hacerlo, lo hacen de hecho, personas con un cierto nivel educativo. En la Universidad uno aprende a investigar y a comunicar, se supone.
Otra cosa es que alguien que no sea periodista desconozca los estandares y peculiaridades de la industria periodistica. Pero no creo que esos estandares se midan precisamente por el riesgo asumido. De verdad crees que hay algo minimamente parecido al "periodismo de investigacion" en la prensa local?
De hecho, a mi todo me incita a pensar que el periodismo local, precisamente, desincentiva y coarta a todo el que ose "asumir riesgos" y ofrecer "periodismo" de verdad. Eso es algo que ha quedado en manos de los ciudadanos, de personas sin ataduras que no se juegan el pan (o no temen jugarselo) por poner a caldo a Don Fulanito. Mas que periodistas ciudadanos, seran ciudadanos a secas. Otra cosa es que lo que hoy hacen ellos lo debiesen hacer los periodistas mejor y mas rapido.
Amigos, creo que no habéis entendido bien el sentido de mi comentario, ni del artículo que publiqué hace una semanas. De lo que estoy hablando es, ni más ni menos, que de regulación profesional con apertura de periodo de habilitaciones para evitar, en la medida de lo posible, problemas e indefensiones como el que precisamente se ha generado con el caso Otto (y muchos otros más que quizá desconozcáis) y como primer paso para acabar de una vez por todas con la precariedad laboral del gremio. ¿Es que nadie ha oido hablar de la regulación profesional amparada por el Estado? ¿Es que los periodistas no tienen derechos?
En ningún caso, vuelvo a repetir, estoy hablando de exclusión ni de cerrar puertas y, ni mucho menos, de que el ciudadano no pueda ejercer su derecho a opinar donde le dé la gana. Estoy hablando, en resumidas cuentas, de derechos profesionales para el colectivo que vive de esto. El tema de la calidad es harina de otro costal, y daría para mucho más, pero a mí nunca me oiréis hablar mal de un compañero, tenga o no titulación.
En cuanto a los "riesgos", me refería, obviamente, a las repercusiones legales que suelen tener algunos trabajos periodísticos, y a la necesidad de que el periodista esté amparado, económica y jurídicamente, tanto por su propia empresa informativa como por el colectivo, preferiblemente en la forma de colegio profesional.
Saludos!
Santos: Una preguntilla, si de tí dependiera, ¿Podría inscribirse una persona en un colegio profesional de periodistas sin título académico que lo elevara "académicamente" al rango de periodista?
Espero que los periodistas algún día puedan morder la mano que alimenta al propietario del medio donde trabajan sin que les corten las suyas
Iurisconsulto, creo que ya he insistido un par de veces sobre el asunto: si me mi dependiera, pues claro que podría inscribirse en un Colegio una persona que no tenga la titulación de periodismo, siempre y cuando se hayan establecido antes unos criterios coherentes de habilitación profesional. De hecho, los colegios son creados a la medida de las realidades. Y pueden existir perfectamente colegios en los que se acepte a personas con determinada experiencia profesional o determinada formación que NO ESTÉ NECESARIAMENTE VINCULADA al título de Ciencias de la Información o de Periodismo. Creo que eres jurista, a juzgar por tu blog. Imagino que conocerás casos de regulación ministerial de otras profesiones y de sus posteriores procesos de habilitación, así como las fases de creación y establecimiento de criterios para la colegiación. Vamos, que no sé por qué os extraña tanto mi postura.
Respecto a lo de cortar las manos y demás: es obvio que eso seguirá sucediendo, pero con la regulación y creación de colegios (insisto, son en realidad dos conceptos totalmente diferentes), considero que A PRIORI el profesional estará más protegido. Dejando aparte el amparo de cláusula de conciencia, en el resto de los casos las salidas de las empresas se producirían en otras condiciones más dignas que como lo están haciendo en la actualidad. Y vuelvo a insistir: estas consideraciones son tan personales como las tuyas.
¡Saludos!
Creo que llegado este punto he de decir que el sentido del artículo que escribió Santos no es el del extracto que yo hago. Yo simplemente he cogido una parte de su artículo y la he descontextualizado para iniciar un debate en el mío.
Creo que de lo que habla Santos es de regulación. Mientras otros gremios sí poseen regulación, los profesionales de la información no la tienen.
Por otro lado, e incidiendo en otra cosa que ha dicho, yo tengo la 'suerte' de que mi caso ha sido conocido, pero hay muchos otros y mucho peores
Un saludo
La regulacion que hace falta urgentemente en materia de periodismo es contra la concentracion de la propiedad de los medios. En otros paises existen sistemas de regulacion mas o menos eficaces.
Tu lo que planteas, corrigemen si me equivo, es una regulacion que defienda el empleo en el sector, la estabilidad, por decirlo asi. A mi me parece que los periodistas necesitan ser defendidos mas de sus empresas que de cualquier otra "fuente de riesgo". Y eso en el interes general, y no en el corporativo.
Cuanto menos tecnica es una disciplina, menos justificada esta la titulacion obligatoria desde el punto de vista del interes general. Y me temo que la realidad tecnica apunta a que el periodismo no funciona ni como en las ingenierias ni, ni siquiera, como en la abogacia. Imagino que en la asociacion de prensa todos son titulados, y no parece que impongan estandares profesionales muy altos.
Voy a decir una perogrullada auténtica. Es inevitable la titulación para acceder a un colegio profesional. No debe existir y es peligroso aceptar otra fórmula de entrada y asociación, que acabaría desvirtuando el fin del colegio profesional.
Lo que no implica que personas de distintos colegios puedan ejercer trabajos similares. Si no es necesario el título para la entrada en el colegio, se desprestigia la carrera y en consecuencia, y lo que es más grave, los conocimientos adquiridos.
Que la suplantación de los conocimientos sea más fácil en carreras denominadas ‘’de letras’’ (espero que esto no se malinterprete) no implica que sus consecuencias sean menos importantes.
A nadie se le ocurre contratar en un hospital a alguien que no sea médico, para hacer un edificio a alguien que no sea arquitecto, para diseñar un motor a un no ingeniero… si así fuera: habría muertos, derrumbes y explosiones.
Qué consecuencias tiene un no periodista: información desvirtuada, orientación de pensamientos, … No hay muertos, no… pero ¿qué es más grave?
Es evidente que hay que poner requisitos a los profesionales. Y esos requisitos, queramos o no sólo pueden ser las capacidades demostrables mediante titulación. (Que la titulación dé suficientes enseñanzas es otra cosa).
Vamos a ver. Como en otros asuntos, se enfoca lo del intrusismo por la vía de la dignidad profesional y del argumento manido del "vienen a quitarnos el trabajo". Yo no me meto en esas diatribas, que pueden o no tener sentido para muchos, porque siempre es mejor acogerse a lo objetivo. Y lo objetivo es la pasta.
Lo que no podemos permitir es dejar abierto un coladero a la profesión periodística por el que, conforme están las cosas, acabarán entrando hasta quienes no tienen estudios superiores. Que no es que sean mejores ni peores, que pueden incluso hacerlo muy bien, pero es que eso puede servir para justificar sueldos menores que acabarán afectando a todos, titulados y no titulados. Más aún conforme tenemos el patio hoy. Y puestos a exigir un título, lo lógico es que sea de estudios de Comunicación. Eso es todo.
Por tanto, nos convendría a todos, intrusos y no intrusos, luchar por una regulación y por un convenio de mínimos con mínimas categorías profesionales que contemplen el nivel de estudios, la antigüedad y otros asuntos habituales en el resto de las profesiones.
Todo ello, por supuesto, si es que de verdad nos interesa el periodismo y estamos aquí para quedarnos, antes que salir corriendo a la menor convocatoria de oposiciones para Secundaria.
en españa existe intrusismo profesional , isabel muela lopez dice que es periodista y como va de famosa pues ha colado y todo el mundo la tiene un miedo de espanto por que por donde pasa no crece la hierba , estan en su clan o no existes , es una pasada hasta donde existe la dictadura
Curiosas reflexiones. Que triste tiene que ser que otro que académicamente no tiene tu formación acabe "usurpando" tu puesto. No obstante creo que sobre quién habría que cargar las tintas sería sobre el empleador o el cliente, de lo contrario sería reconocer la propia incapacidad para ejercer aquella profesión en la que nos hemos formado frente a terceros o cuando menos para ser capaces de demostrar nuestra propia valía.
De todas formas aunque comienzas hablando sobre una cita de Antena3 respecto a una situación ocurrida en Estados Unidos no debes conocer mucho el mercado laboral allende los mares, el mercado es infinitamente más flexible que aquí en cualquier tipo de cuestión de regulación ecónomica-comercial incluyendo por supuesto la laboral.
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