La decisión de Caja Castilla-La Mancha de permitir que su participada, el gigante de la construcción DHO, presentara el viernes el concurso voluntario de acreedores, deja en el aire los principales proyectos inmobiliarios e industriales con los que pretendía impulsar el desarrollo de esta comunidad autónoma. Entre ellos, el complejo Reino de Don Quijote, el Centro de Salud Talavera V, viviendas de protección oficial o el aeropuerto de Ciudad Real, que aunque despegó recientemente, vislumbra ahora no pocos problemas en el horizonte.

Caja Castilla-La Mancha Corporación posee un 10,5% de este conglomerado de empresas que daba empleo a más de un millar de personas. Dico Harinsa Obrum (DHO), que se contaba entre las diez mayores constructoras de este país y estaba llamada hace escasos meses a cotizar en Bolsa, finalmente ha muerto. Sólo se salva, de momento, Harinsa Navasfalt (la "H" de DHO).
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DHO no es la única sociedad participada que la entidad castellano-manchega deja caer. A finales de año, Global Cartera de Valores, sociedad propietaria del 5,9% de la Inmobiliaria Colonial y fundada por Domigo Díaz de Mera, presentó concurso voluntario de acreedores al no poder hacer frente a las deudas de casi 70 millones que acumulaba con Reyal Urbis. Esa deuda se contrajo cuando Global Cartera de Valores adquirió el 1,34% de Colonial a Reyal Urbis.

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