La noticia la publica hoy El Confidencial/Cotizalia. El tiempo se acaba para Hernández Moltó y para el gobierno «bonista-barredista». Deben elegir entre que Caja Castilla-La Mancha sea intervenida por el Banco de España o que sea absorbida por otra entidad. Las dos soluciones desde el punto de vista de la seguridad de los depósitos son indiferentes, pero que el dinero necesario para rellenar el agujero, el quebranto que ha causado a la Caja la dirección de Hernández Moltó, tendrá que salir de los fondos públicos, también parece evidente. Lo que ya no es tan evidente es si se exigirán o no responsabilidades por esta situación.

El estado al que ha sido llevada Caja Castilla-La Mancha, un estado, con toda probabilidad, de quiebra virtual, no es producto de un hecho de fuerza mayor, no es consecuencia de una crisis financiera imprevisible o que, aún prevista, no se hubiera podido evitar. Lo que hasta ahora se sabe de CCM es que el 40% de sus recursos propios están concentrados en cuatro constructores áulicos cuya principal, si es que no única, virtud es su proximidad «afectiva» al «bonismo-barredismo»; que Hernández Moltó comprometió, y perdió, 40.000.000 de € (los beneficios que tenía la Caja en todo un trimestre de los buenos tiempos) Al financiar al hampa marbellí ―concretamente a Roca― en Los Alcázares; que a ese mismo Roca también le dio el dinero para que comprara el palacio de Saldaña en Madrid; que no contento con esto, entró en negocios con otros imputados en el mismo procedimiento, como Ventero, en Murcia; que cantidades no muy inferiores han sido puestas a disposición de sujetos con turbias asociaciones en Aranjuez y en Toledo, muy próximos a Roca, suponiendo que no sean sus testaferros... Y todo ello confiado en la certeza de que las recalificaciones de suelo discurrirían perfectamente lubricadas por los engranajes administrativos de Castilla-La Mancha y que la legislación y las modificaciones de Planes de Ordenación y de Normas Subsidiarias se harían «a demanda», como está ocurriendo en el campo de golf de Carranque.

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