Con la crisis del periodismo ocurre lo mismo que con la económica: es de carácter mundial, pero aquí tiene rasgos propios. Por si los males generales no bastaran -pérdida de lectores y anunciantes, irrupción de Internet-, los políticos han decidido infligir al periodista español la humillación añadida de impedirle preguntar. La práctica de convocar a la prensa sin admitir preguntas, antes reservada a acontecimientos de gran solemnidad institucional, se extiende sin que los medios sean capaces de plantarse. Anteayer lo hizo Trillo; en otras ocasiones han sido Rajoy, Zapatero, Camps, Sebastián, Rubalcaba... El etcétera crece por días.
La perorata ante los mudos crea la ilusión de que el afectado da la cara pero, en realidad, es un refinado mecanismo para difundir propaganda utilizando a los periodistas como figurantes idóneos, pues dotan a la escena de apariencia informativa, es decir, veraz. Ya decía Goebbels que la propaganda más eficaz es la que no se percibe como tal.
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6 Comentarios en La propaganda más eficaz es la que no se percibe como tal
Pronto tocará a un empresario de medios de comunicación de castilla-la mancha, reunir a su equipo de redacción y sin mediar palabra cerrar la puerta con una gran patada, dejando a más familias en el paro. Y no se podrá preguntar.
A veces he leído por parte de periodistas amenazas de no acudir a ruedas de prensa sin preguntas. No es más que un brindis al Sol. La autoridad para llenar o no de periodistas una rueda de prensa no recae en periodistas, recae en empresarios como el que describe el anónimo de arriba.
Al anónimo de las 21:22,
a lo mejor alguien lo describe como "una exitosa fusión de personas en las listas del paro, donde ahora ya se encuentran seguras".
Chapeau a los anónimos. En otro orden de cosas, parece que la prensa nacional comienza a descubrir ahora un mal que soportamos de largo ya en provincias. Lo que no es, precisamente, alegría de tipo alguno. Ni siquiera consuelo
Lo suyo sería no acudir a esas ruedas de prensa, aunque, como apuntáis muchos, esas decisiones nunca corren a cargo de periodistas.
En cualquier caso, más que el hecho de ir o no ir, yo le veo más importancia a otra cosa, y es que la gente se entere de lo que pasa. Es decir, si no vas, pones en tu medio que no has ido porque no se permiten preguntas; y si vas, dices que te habría gustado preguntar sobre tal o cual tema, pero que la rueda de prensa no permitía preguntas.
Así formas a la gente que no sabe cómo funcionan estas cosas.
Por cierto, todos nos hemos enfrentado a ruedas de prensa sin preguntas. Aún recuerdo aquella famosa de Barreda: http://ottoreuss.blogspot.com/2009/02/no-las-ruedas-de-prensa-sin-preguntas.html
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