Uno de los aspectos que más polémica genera todos los años en la Feria y Fiestas de Ciudad Real es el tema de las casetas. Esta polémica siempre viene generada por conflictos como el botellón, la seguridad, las peleas, el volumen de la música, la hora de cierre... Sin embargo, detrás de todo esto se halla un asunto más interesante: la gestión de las casetas, que año tras año acumula un sinfín de irregularidades. Los responsables de estas irregularidades son los tres agentes implicados en dicha gestión: el Ayuntamiento de Ciudad Real, las asociaciones adjudicatarias y los empresarios hosteleros que acaban explotándolas comercialmente.

El proceso de adjudicación de las casetas es algo complejo. El Ayuntamiento de Ciudad Real, en el pliego de condicionado, establece claramente que las casetas “inexcusablemente” serán adjudicadas a “asociaciones, clubes deportivos o hermandades”, todas ellas obligatoriamente “sin ánimo de lucro y con sede social y actividad en Ciudad Real capital”. Para adjudicar las casetas no se hace ningún tipo de oposición o concurso de méritos, sino que la resolución se efectúa, según el Ayuntamiento, mediante un sorteo entre todos los colectivos que aspiran a una. Existe una excepción con la Federación de Peñas de Alarcos, a la que se le concede una caseta de forma directa, sin necesidad de sorteo.

Este año, la Feria de Ciudad Real cuenta con 16 casetas, adjudicadas a los siguientes colectivos:

Caseta 00: Federación de Peñas de Alarcos
Caseta 01: Asociación Flamenca Revuelo Rociero
Caseta 02: Asociación de Coros y Danzas Nuestra Señora del Prado
Caseta 03: Cofradía de la Flagelación
Caseta 04: Hermandad del Santo Entierro
Caseta 05: Hermandad de la Santísima Virgen de la Misericordia
Caseta 06: Peña Athletic de Bilbao de Ciudad Real
Caseta 07: Cofradía de Jesús de las Penas
Caseta 08: Hermandad del Ecce-Homo (Pilatos)
Caseta 09: Peña El Cangilón
Caseta 10: Asociación Mixta para el Desarrollo del Pueblo Gitano
Caseta 11: Hermandad de Nuestra Madre Santísima Virgen del Carmen
Caseta 12: Asociación Cultural de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Prado
Caseta 13: Asociación Nuevos Flamencos (la caseta fue en principio adjudicada a la Asociación Pink Satura, que renunció a ella. El primer reserva, la Casa de Andalucía, también renunció, de modo que pasó a manos de la Asociación Nuevos Flamencos).
Caseta 14: Asociación Cultural Juvenil y Deportiva Amigos de la Mancha
Caseta 15: Asociación Cultural Ciudad Real y el Vino


Los adjudicatarios tienen que hacer frente a unos gastos iniciales de 492,56 euros por unidad de caseta y feria de 100 metros cuadrados, 150 euros de fianza, 1.100 euros de alquiler de la caseta, 433,50 en concepto de luz y agua y los costes de la seguridad privada, entre otros.

No todo son gastos; también hay obligaciones, algunas de las cuales rarísima vez se cumplen. Según el pliego de condicionado, los adjudicatarios “están obligados a su explotación directa, con personal propio o contratado por la asociación, cumpliendo los requisitos laborales y legales preceptivos, quedando prohibido su arrendamiento, traspaso o cualquier tipo de cesión a terceros, bajo apercibimiento de precinto por la autoridad competente. El incumplimiento de esta obligación, además, dará lugar a una penalización de tres años, en los que la asociación no podrá ser adjudicataria de terreno para casetas”.

Sin embargo, todos los años, el número de colectivos que cumplen con esta obligación es muy reducido. La mayoría de ellos vende o cede la explotación a algún hostelero o a alguna discoteca o bar de Ciudad Real. Esta cesión genera a la asociación que incumple el pliego un beneficio económico directo que no declara. Este año, por ejemplo, algunos hosteleros están pagando una media de unos 3.000 euros a algunas asociaciones por quedarse con su caseta. Este pago se hace sin contrato de por medio. Además de esta cantidad, algunas asociaciones no se quedan ahí, sino que participan también directamente del beneficio económico de la caseta, y son varias las que obtienen un tanto por ciento de lo que el hostelero recauda en la barra.

Son muchos los años que se viene haciendo esto y la gente está acostumbrada. De hecho, en las fechas previas a la Feria la gente no está interesada en saber qué asociación tiene caseta, sino qué bar la explotará. Este año, alguna caseta ha hecho uso de redes sociales como Tuenti o Facebook para avanzar a la gente qué bar se haría cargo de su explotación.

Muchos años ha habido casos en los que los hosteleros que han explotado las casetas se han hecho socios de la asociación adjudicataria a principios de agosto para darse de baja un mes después. Sin embargo, otros explotan la caseta sin existir ningún tipo de vínculo asociativo entre su empresa y el adjudicatario.

En pleno terreno de las casetas, el disimulo brilla por su ausencia. Los dos o tres primeros días, todas las casetas lucen el nombre de su asociación. Sin embargo, el pasado lunes 17 ya había casetas en que el nombre de la asociación había sido directamente cambiado por grandes carteles de publicidad del bar o discoteca que la estaba explotando. Este hecho no sólo constata la falta de temor de las asociaciones a ser sancionadas por incumplir el pliego, sino también su falta de compromiso con el mismo, ya que los adjudicatarios están “obligados a denominar la caseta idénticamente al nombre de la asociación” mediante “anagramas, leyendas, etc.”. No son las únicas normas que incumplen las casetas, ya que varias de ellas venden cerveza en recipientes de cristal, cuando el pliego deja bien claro que “será obligatoria la utilización de envases de plástico, y las bebidas embotelladas en cristal se servirán en la barra en dichos envases”.

Así pues, en esta Feria nos hemos encontrado con la misma historia de todos los años: asociaciones que se lucran económicamente y a escondidas con la venta de sus casetas, empresarios que intentan recuperar en las casetas las pérdidas de sus discotecas en el Torreón y el Ayuntamiento, que tradicionalmente ha mirado para otro lado y que esquiva constantemente su obligación de controlar que se cumplan las condiciones. El año pasado, el concejal de Festejos, Ricardo Peral, consciente de la existencia de estas prácticas, aseguró que sólo cinco de las casetas de la Feria 2008 la habían explotado directamente, sin arrendamientos. El resto las habían cedido a profesionales de la hostelería en lo que, para el concejal, era un “fraude al Ayuntamiento”. Este año ha pasado exactamente lo mismo. Habrá que esperar actuaciones.


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