Al final el New York Times va a tener razón. Hace unas semanas, el periódico neoyorquino publicaba un artículo en el que comparaba a Zapatero con Franco y con los grandes emperadores romanos, por aquello del "pan y circo" que comenzó por aquel entonces y que en el franquismo continuó con el Real Madrid. Y ahora, el New York Times considera que el circo de Zapatero es la selección española de fútbol, a la que reza cada noche para que los españoles se olviden de la que está cayendo.

Lo que desde luego está fuera de duda es que si Terencio era hombre y nada humano le era ajeno, Zapatero es español y tampoco le es ajeno nada español, con lo que mide muy bien (o muy mal) sus pasos de cara a la opinión que sus compatriotas puedan tener de él. Y empezó con mal pie, insultando la inteligencia de los españoles al aprobar la reforma laboral cuando España debutó en el Mundial, pero lo cierto es que la jugada, aunque vergonzosa, le salió redonda.

Se ve que Zapatero estaba encantado con la forma en que el fútbol le tapaba cualquier embrollo, de modo que antes de ayer, cuando le preguntaron por el partido de hoy, fue más allá y lanzó un simpático y tronchante símil:



Pero lo malo de hacerte el gracioso, en este caso, son tres cosas:

1.- Que otros, bastante más graciosos que tú, pueden devolvértela por triplicado. (Pobre Fernando Torres.)

2.- Que comparar el partido entre España y Alemania con el diferencial económico de los dos países tiene tanta gracia como que metan una guindilla por el...

3.- Que hay gente (bastantes millones de españoles) a la que, probablemente, no le hagan tanta gracia el talento humorístico de Zapatero y ese gracejo con el que el presidente quita hierro a esas cosillas sin importancia.

Y es que los ciudadanos somos un poco bobos, pero cuando al menos hay pan y circo. Y aquí, por el momento, sólo hay circo.