Nunca imaginé que en el redondo 2010 el Día de la Constitución se iba a celebrar bajo “estado de alarma”, con el aplauso mayoritario de la población. Para poner “en su sitio” a un colectivo de trabajadores privilegiados –hoy bajo jurisdicción militar y privados de sus derechos laborales- que habían echado un pulso al Estado de… consumo.

De todos los artículos de nuestra carta magna el que realmente se protege es el 51: “Los poderes públicos garantizarán la defensa de los consumidores y usuarios, protegiendo, mediante procedimientos eficaces, la seguridad, la salud y los legítimos intereses económicos de los mismos”.

Los medios informativos, incluida la televisión pública en sus telediarios, contribuyen con ahínco a mantener la situación. Andrés Villena en Público, señala los principales hitos que han llevado a esto: “ el “rebaño” debía seguir una dirección firme marcada por una élite, por lo que los medios se dedicarían a “fabricar el consenso” entre el grueso de la población y sus líderes”.

Más en este artículo de Rosa María Artal.