Julián tiene 32 años, es periodista y ha pasado varios años trabajando en grandes medios de comunicación. De forma paralela, siempre fue un apasionado de Internet. Hace cuatro años conoció una figura nueva que empezaba a surgir en Estados Unidos: el community manager. “Me apasionaba. Se trataba de una persona, generalmente periodista, que se encargaba de gestionar la reputación de su medio o su empresa en Internet: redes sociales, blogs, foros... Me encantaba ver cómo cambiaba el paradigma. Estábamos pasando de una comunicación unidireccional a otra bidireccional, en la que la empresa no sólo habla, sino que también escucha y conversa”. Julián fue uno de los que introdujeron la figura del community manager en España, y es considerado un auténtico líder y referente en nuestro país. No en vano, tiene más de 40.000 seguidores en Twitter, y más de 5.000 amigos en Facebook. Ahora mismo trabaja como dircom (director de comunicación) y community manager en una empresa que en sus tres años de vida se ha convertido en referencia de la comunicación 2.0 de nuestro país.

Cualquiera podría pensar que Julián, además de una persona de éxito (que lo es), vivirá muy bien económicamente. “Ojalá. Cobro 950 euros mensuales. Me puedo permitir un piso porque vivo con mi chica y ella gana bastante más como arquitecta. Pero no vivo como aparenta mi profesión. Mucha gente se piensa que los community managers cobramos un pastón, y de hecho hay algunos que lo han conseguido, pero sólo los de las grandes empresas, las de toda la vida”. Por desgracia, parece que Julián no tiene tan claro el cambio de paradigma: “Está claro que los modelos de comunicación han cambiado, y ahora están cobrando mucha importancia empresas que antes no conocería nadie, pero el aumento de importancia y de influencia no tiene nada que ver con el dinero. Aquí siguen mandando los de siempre. En mi empresa valoran muchísimo mi trabajo, y son conscientes del valor que les genero, pero eso no significa que haya más dinero. El valor, por desgracia, no siempre se puede monetizar”.

Éste es un extracto del reportaje que publico hoy en El Confidencial sobre el (triste) doble rasero que en muchas ocasiones impera en el mundo 2.0. Blogueros, publicistas, periodistas, analistas... profesionales cuya imagen, influencia y reputación en internet suben como la espuma... Pero su vida offline es bien distinta y algunos ni siquiera tienen cómo llegar a fin de mes.