No es ningún secreto que cada medio de comunicación tiene su propia línea editorial, su propia ideología y que en ocasiones apoya a según qué partidos. En líneas generales siempre hemos podido decir que El País es del PSOE, El Mundo del PP, La Razón de la Falan... digo del PP, etc. Esto de que un medio de comunicación que se presupone objetivo realmente responda a una determinada ideología y actúe en consecuencia es una realidad que a día de hoy hemos aceptado. Sin embargo, parece que la cosa no va por ahí, o, al menos, no es ahí donde acaba.

Hace una semana todos nos enteramos de la nueva medida del Gobierno de dar 210 euros mensuales a los jóvenes que quieran alquilar un piso. Sin embargo, al día siguiente la noticia no fue ésa sino otra: El País había criticado al Gobierno, le acusaba de haber calcado una medida en vigor desde 2004 y tachaba esta medida de electoralista. Muchísimos alucinamos con este giro ideológico de El País. Pero no quedó ahí la cosa, y al día siguiente, este periódico publicó un artículo acerca del acorralamiento que la oposición estaba haciendo al Gobierno. ¿Resultado? Todos volvimos a alucinar: ¿habrá vuelto el periodismo objetivo a este País? Ni mucho menos. Al leer los dos artículos anteriores (sobre todo el primero), uno se da cuenta de que desprenden cierto tufillo a rabieta. Y es que es normal que El País se enfade:

- El próximo miércoles saldrá a la calle Público, periódico del que se dice que será el nuevo boletín de Zapatero y que pretende competir directamente con El País. Zapatero prometió al grupo Prisa que el lanzamiento de Público se retrasaría hasta después de las elecciones, de modo que hasta entonces El País seguiría dado de la mano con el presidente y le ayudaría a ganar las elecciones a cambio de no competir con ningún otro diario antes de marzo de 2008. Sin embargo, al final no fue así y Público estará en la calle en cuestión de cuatro días.

- Últimamente AudioVisual Sport (Grupo Prisa) y Mediapro (LaSexta) andan a la gresca por la explotación de los derechos televisivos de la liga de fútbol. El último episodio tuvo lugar ayer mismo, cuando TV3 no permitió a las cámaras de AVS la entrada al Camp Nou y dejó a LaSexta piratear su emisión. Sin querer entrar en quién tiene la razón (ya que no tengo la menor idea), la cuestión es que el Gobierno le está echando un cable enorme a Mediapro para retransmitir los partidos a pesar de que AVS posee la mayoría de los derechos.

Es maravilloso comprobar que no sólo por ideales se mueven los medios de comunicación.