No es ningún secreto que a menudo nos encontramos con políticos que no sólo se salen de lo políticamente correcto sino que incluso se adentran de lleno en el insulto, la ridiculización y el desprecio.

Es el caso de Dimas Cuevas, periodista y ex director de La Tribuna de Albacete, que se presenta por el Partido Popular a las listas del Senado. Si les digo que este hombre ha criticado en numerosísimas ocasiones la ley de paridad es posible que no les escandalice, ya que hay muchísima gente que está en contra de esta ley. Si les digo, en segundo lugar, que este candidato del PP siempre se ha mostrado contrario a los matrimonios homosexuales quizá les escandalice algo más pero continúen defendiendo su libertad de expresión y su derecho a expresarse.

Ahora bien, si, por último, les cuento que, en uno de sus artículos, este señor afirma que el menú en las bodas de lesbianas debería ser "tortilla" y en el de los gays "perritos calientes y plátanos al horno", es probable que ya empiecen a pensar que la actitud de este hombre no es precisamente la más respetuosa. Y si además les comento que siguió uno de estos artículos afirmando que "si la palmo antes de lo previsto, prohibo que den mis chiquillos en adopción a ningún matrimonio de gays, lesbianas o de mediopensionistas. Sólo falta que los traigamos al mundo para que luego acaben los pobres rodeados de cualquier cosa", es probable que coincidan conmigo en que la homofobia de este señor es del todo evidente.

Lejos de pedir perdón, Dimas Cuevas ha asegurado que "si a alguien le ofende [el artículo] es sacándolo fuera de contexto" y que "se ha hurgado buscando frases en plena precampaña". Quien sí se ha apresurado a pedir disculpas por las perlas de sus artículos es la presidenta del Partido Popular de Castilla-La Mancha, María Dolores de Cospedal, que ha pedido perdón a aquellos que hayan visto herida su sensibilidad con los artículos de Cuevas, y ha señalado que sus opiniones "a mí particularmente no me gustan demasiado, pero eso no empaña su magnífica trayectoria".

Una joya de hombre, vaya.