(En la foto, un aguerrido diputado, rodeado de todos sus compañeros y preparado para una feroz batalla en beneficio del progreso nacional y la salud democrática del país)

Hoy hemos sabido que José Bono, ese hombre castizo y manchego de pura cepa, le ha propuesto a los diputados del Congreso que trabajen menos de lo que lo hacen actualmente. Y, caray, ya estamos acostumbrados a ver cómo los diputados se dan paseítos por los pasillos del Congreso, se ausentan cuando hay fútbol y trabajan de higos a brevas, pero estas cosas, así, dichas sin ningún tipo de ocultamiento, incluso sorprenden un poco.

Lo cierto es que lo que ha propuesto Bono no es que se trabaje menos, sino que se haga de forma más concentrada: a día de hoy, los diputados acuden al Congreso tres días: los martes por la tarde tiene lugar la sesión plenaria; los miércoles por la tarde, las preguntas al Gobierno; los jueves, por último, se dedican a debatir y votar los proyectos de ley que envía el Ejecutivo. Pues bien, con la nueva restructuración, los martes seguiría teniendo lugar la sesión plenaria, pero las preguntas al Gobierno pasarían al miércoles por la mañana y la votación y debate de proyectos de ley al miércoles por la tarde. Así, los diputados trabajarían un día menos, ya que los jueves se utilizarían sólo para los trabajos de las comisiones parlamentarias, con lo que los diputados que no pertenezcan a ninguna comisión cogerían la puerta el miércoles por la noche. El Congreso ha recibido esta propuesta con opiniones encontradas: PNV, CiU, ERC y BNG no ven mal esta iniciativa; no obstante, Izquierda Unida y PP no se muestran de todo conformes, ya que creen que esta reducción de días laborales "no mejoraría la imagen pública que de los diputados tiene la ciudadanía", algo que, francamente, sorprende, ya que sabido es por todos que los españoles valoramos inestimablemente la labor de los incansables y sufridos diputados y servidor aún no conoce a nadie que menosprecie el intenso trabajo de estos titanes de la democracia.

Y esta propuesta de Bono, ¿es buena o mala? Pues hombre, según se mire. Es obvio que a nadie le gusta ver a los políticos ahorrándose días de trabajo. Sin embargo, desde aquí les vamos a proponer un pacto: de acuerdo, señores diputados, aceptamos que trabajen un día menos. Sin embargo, existe una condición: ya que cada vez estamos más acostumbrados a que una gran parte de ustedes sean, además de diputados, alcaldes, les concedemos el jueves como día libre a condición, sin excepciones, de que ese día permanezcan en el Ayuntamiento que les invistió alcaldes. Sí, ya sabemos de sobra que ustedes cuentan con un magnífico equipo de profesionales que pueden sacar el Ayuntamiento adelante aunque ustedes se ausenten, pero, qué quieren que les diga, no es lo mismo. Además, si les ahorramos un día de residencia en Madrid quizá consigamos que no se compren un piso allí, que están por las nubes y lo mismo, con su sueldo base de diputado de 4.949 euros mensuales, no les llega para pagar.

Así que ya lo saben: el miércoles por la noche, en cuantito salgan del Congreso, corriendo para casa a descansar, y el jueves a primera hora en el Ayuntamiento, que para eso les votaron.

P.D.: Desde aquí queremos informar a los alcaldes y políticos despistados de que el Ayuntamiento no es esa gestoría privada en la que también trabajan; el Ayuntamiento es ese edificio (generalmente antiguo) en el que hay plenos, juntas locales de gobierno y esas cosas. No se me vayan a confundir de sitio.

P.D.2: por cierto, que también es curioso que los diputados vayan a trabajar menos días mientras en toda Europa se propone que los demás trabajemos 60 ó 65 horazas.

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