Una tarde cualquiera en el Congreso la disciplina de partido sale a relucir. ¡Horror! La polémica está servida. Esta vez ha sido el doble desacato a esta norma partidista por parte de UPN, al saltarse la disciplina de partido y la de grupo parlamentario en una misma votación, la de los Presupuestos. Pero, otras veces, el protagonista de la controversia han sido personajes como Borrell, que votó en contra de la directiva de retorno, o la siempre polémica Celia Villalobos, que se distanció del PP, su partido, en muchos temas, sobre todo los más sociales. Las sanciones, generalmente, son simbólicas, pero existen. ¿Es que no puede tener un diputado español opinión propia como ocurre en otros países, como Estados Unidos? Lourdes López Nieto, profesora de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED, nos explica que no todo es lo que parece y que cada sistema político tiene sus pros y sus contras.

En realidad, en la mayor parte de las constituciones liberales se recoge la interdicción del mandato imperativo. Esto quiere decir que cada diputado es dueño de su escaño y no puede someterse a intereses o presiones personales, económicas o partidistas. Representa al pueblo y punto. ¿Qué ocurre entonces? ¿Son menos libres nuestros diputados?

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