Ya queda muy poco para que se celebren las elecciones en Estados Unidos. Quizá quede algo más para saber quién será el próximo presidente, habida cuenta de los problemas que existen siempre en este país a la hora de contar, recontar y re-recontar los votos.
¿Quién ganará estas elecciones? Nadie se atreve a decir nada, pero parece que todo pinta bastante bien para Obama, ¿no? Y decimos 'parece', porque, como la historia ya nos ha demostrado, en Estados Unidos las cosas casi nunca son como parecen.
Y si les parece vamos a hacer un poco de memoria. Hace ocho años, en 2000, se presentaban George W. Bush y Al Gore en unas elecciones que se prometían bastante apretadas pero en las que el rostro de Al Gore se las prometía bastante más felices frente al de un Bush del que, a pesar de ser hijo de ex presidente, lo que más se conocía era su alcoholismo. La cuestión es que, pese a la inicial ventaja de Al Gore, Bush acabó ganando las elecciones, bien es cierto que con una polémica de posible fraude que le acompañará toda su vida.
Cuatro años más tarde afrontamos las elecciones de 2004, en las que Bush competía con el demócrata John Kerry. Lo cierto es que las de 2004 fueron unas elecciones sin precedentes en Estados Unidos: el llamado discurso del terror provocaba rechazo y sumisión a partes iguales: mientras una parte de la sociedad americana vivía un nuevo episodio de atemorización ciudadana, otra parte alzaba la voz contra las políticas de Bush. Fue la época en que en Estados Unidos (como pasó también en España con Zapatero) una multitud de artistas no sólo apoyaron públicamente a Kerry sino que, de hecho, se unieron de forma activa a su campaña, siendo el de Bruce Springsteen el ejemplo más claro y revelador. Desde fuera de Estados Unidos, en el resto del planeta parecíamos asistir a una regeneración, a un cambio no sólo en el gobierno estadounidense sino también en la mentalidad de la ciudadanía americana, que parecía pedir a gritos un cambio. Por ello, John Kerry se las prometía muy felices, mientras que la imagen de Bush no hacía más que caer. Sin embargo, como decíamos antes, las cosas en Estados Unidos casi nunca son lo que parecen, y una vez llegadas las elecciones, el ganador fue Bush. Y no sólo es que ganara, sino que, de hecho, lo hizo con una de las mayores ventajas de la historia de elecciones democráticas en Estados Unidos.
Y en estas elecciones, ¿qué puede pasar? Parece que, de cara a la galería, Obama tiene más opciones de ganar que Bush. En los medios de comunicación (verdaderos responsables de que los ajenos a esto nos formemos una opinión) nos llega un mensaje de que la sociedad americana, en efecto, está experimentando el cambio del que hablábamos antes y está lista para un volantazo no sólo político, sino también económico y social. Sin embargo, hay que ser muy cautos, y servidor todavía se muestra bastante desconfiado en cuanto a las opciones reales de Obama. Hagamos un poco de memoria y recordemos el increíble apoyo que tuvo John Kerry, que finalmente perdió. Seamos lógicos y reconozcamos que, aunque la sensación de un Obama ganador cada vez es más fuerte, tan sólo es una sensación, y a Bush nunca le vimos la sensación de vencedor pero ganó las dos elecciones a las que se presentó. Es por ello que un servidor, aunque quizá más partidario del mal menor, en realidad ve a John McCain como futuro nuevo presidente de Estados Unidos.
Y esto, ¿por qué? Por varias razones: en primer lugar, y sin querer ser catastrofista (pero quizá siéndolo), hemos de tener en cuenta el voto a la contra que a día de hoy impera en las elecciones de casi todos los países. En España hay gente que votó a Zapatero para no votar a Aznar o a Rajoy, gente que votó a Rajoy para no votar a Zapatero, gente que votó a Llamazares para no votar a ningún partido mayoritario... en los sistema electorales actuales, el voto cornudo, paradójicamente, parece ser el más fiel. En Estados Unidos la realidad no es distinta, y está claro que muchísima gente votará a Obama sólo por no votar a McCain. Sin embargo, servidor apuesta por que también habrá gente que votará a McCain sólo por no votar a Obama. Podemos preguntarnos: ¿Por qué? ¡Si Obama aún no ha hecho nada! Hay gente que votó en contra de Zapatero para protestar por su política, pero... ¿en contra de Obama? Pues sí, amigos, y es que hay un factor que todavía no estamos teniendo en cuenta y quizá deberíamos empezar a tenerlo: el racismo oculto. Y es que, por muy simpaticote que parezca Obama, no parece estar tan claro que el electorado vaya a decantarse por un candidato negro. Y ya sabemos que, ante las dudas, mucha gente prefiere quedarse como está antes que meterse en cambios cuyo rumbo desconoce.
Deberíamos también analizar el papel de los medios de comunicación de dentro y fuera de Estados Unidos, y es que está claro que para vender información no hay nada mejor que aventurar cambios aunque sepamos que no se van a producir. Sin ir más lejos, este hecho ocurrió en España este mismo año, donde los medios se dedicaron a vender un hipotético empate técnico que favorecía a todos: los medios venderían más, Rajoy vendería esperanzas de victoria y Zapatero movilizaría a los votantes de izquierdas. Es posible que en Estados Unidos pase algo semejante. No sabemos si los medios de allí estarán vendiendo humo barato, pero es posible que los medios occidentales sí lo estén haciendo. ¿Por qué? Quizá para vender más, pero es probable que, detrás de todo esto, se encuentre el deseo oculto y casi subconsciente que tenemos todos de que haya cambios en Estados Unidos. Los medios hemos sido los primeros en querernos cargar el capitalismo antes que nadie; ¿acaso queremos cargarnos también la política estadounidense, aunque sea de forma no intencionada?
Por otro lado, me parece interesante detenernos en otro aspecto. Antes hablábamos de que Bush ganó las elecciones de 2004 con una ventaja que sorprendió a propios y extraños. ¿Se han parado a hacer cuentas y determinar esa fulminante ventaja? Resulta que Bush obtuvo el 53,4% de los votos electorales (no de los reales), frente al 47% de John Kerry. Esta ventaja fue considerada de las más grandes de la historia de Estados Unidos, un dato así parece decir mucho de la sociedad americana (e incluso de su sistema electoral, que parece algo obsoleto). Hace unos años, tras las elecciones de 2004, vi en Antena 3 un reportaje que hablaba de esta curiosa ventaja y de que a lo largo de toda la historia, los presidentes americanos habían ganado por unos márgenes sorprendentemente estrechos. ¿A qué se debía esto? Según el periodista de Antena 3, a que a los americanos se les ha instaurado una mentalidad de gobernadores del mundo según la cual les da exactamente igual qué candidato gane, porque consideran que su posición hegemónica durará siempre, al margen de quién esté en la Casa Blanca.
Quizá habría que preguntarse entonces si el principal enemigo del desarrollo en América no son los propios americanos.
P.D.: Hay un capítulo de Los Simpsons en el que el actor secundario Bob, tras manipular las elecciones, realiza un discurso más que interesante sobre la mentalidad del ciudadano americano. Si alguien lo encuentra, por favor, que me lo diga.
EDITADO: En la primera versión de este artículo he afirmado que Bush ganó a Kerry con la mayor ventaja de la historia, un dato que me ha corregido Jande en Miciudadreal.es. Perdón por el error.
#MockingGod, burlándose de Dios
Hace 5 horas
2 Comentarios en ¿Quién ganará las elecciones en Estados Unidos? (EDITADO)
Otto, tu artículo sobre el aeropuerto es muy bueno,estoy de acuerdo plenamente contigo.Vaya tipejos dominan Ciudad Real.Si no se puede, no se puede y punto.
PD: Encima te censurarán,si es que parece la etapa decimonónica copón.
Otto,enhorabuena por el articulo.Estoy de acuerdo con todo lo que dices.Gracias por decir en voz alta lo que muchos pensamos ,aunque siento que te haya costado el puesto.Animo y suerte
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