Las instituciones públicas sí salvan los diarios
En apenas 48 horas ya habremos entrado en 2009, un año que parece antojarse complicadísimo en cuanto a la crisis económica global se refiere. Pero si la crisis global es grande, la de los medios es mayúscula.
Y es que los medios de comunicación -especialmente los periódicos- se van a enfrentar a la crisis publicitaria, una crisis que hace que casi ningún anunciante tenga dinero para publicitarse en los medios. Aunque la publicidad pueda en principio parecer un complemento, lo cierto es que, sobre todo en los medios de provincias, la publicidad se convierte en el principal sustentador económico de los salarios de los periodistas. De modo que a menos publicidad, menos dinero se puede pagar a la gente y... en fin, ya saben.
Pero no se preocupen, que papá Estado está aquí para ayudarnos a todos. Cierto es que a muchos no les ha sentado nada bien eso de que el Estado esté ayudando ahora a los bancos y a las empresas que más excesos han cometido, ya que parece que de este modo los ciudadanos premiamos -con dinero de nuestro bolsillo- las malas prácticas empresariales y los excesivos riesgos financieros. Sin embargo, tampoco se crean que el Estado es ningún pardillo que siempre pone la otra mejilla y da dinero sin esperar nada a cambio. ¿Acaso creen que las administraciones no sacarán tajada -directa o indirecta- de estos generosos préstamos?
En cuanto a la prensa, la situación es más clara todavía. En primer lugar, todas las instituciones públicas (todas, sin apenas excepción) conceden cada año unas generosísimas ayudas a los medios de comunicación, algo que ya de entrada no huele demasiado bien pero que puede encajar dentro de las ayudas que los organismos públicos dan a las empresas.
Sin embargo, la verdadera caja de los truenos va por el lado publicitario. Aparte de los convenios, la mayoría de los cuales son públicos (la Junta, por ejemplo, los muestra en su web) y no están demasiado escondidos, el verdadero pastel económico se reparte en materia de publicidad. La verdad es que mucha de la publicidad institucional puede tener su sentido (actividades concretas, convocatorias, programas...) pero algunas otras publicidades son tan genéricas que uno se pregunta qué utilidad tiene eso y por qué una administración se gasta tantísimo dinero en algo que no le reporta ningún beneficio publicitario. La estrategia, no obstante, es bastante clara: en muchos casos, las instituciones públicas (ayuntamientos, diputaciones, juntas de comunidades...) no sólo invierten en publicidad en los medios, sino que incliso pagan unos precios bastante más elevados que los que en realidad podría pedir un medio a sus anunciantes por esos espacios publicitarios. Al empresario en cuestión se le hace la boca agua al ver que cuenta con más dinero del que creía que tendría gracias al generosísimo (y desorbitado) pago publicitario que le ha hecho la institución. El problema, como supongo que ya estarán adivinando, vendrá cuando el medio en cuestión publique una información que perjudique a la institución y ésta decida hacer alguna que otra llamadita de teléfono para pedir ciertas explicaciones. Obviamente, ante estas presiones, el medio puede optar por seguir realizando su trabajo informativo, pero, ¿y si la institución decide entonces retirarle la publicidad? ¿Quién será el primo que pague esa cantidad desorbitada por la publicidad? Obviamente, nadie.
Y entonces, ¿qué hará el empresario que había hecho sus cálculos contando con el pastizal que le daba la institución pública? ¿Tendrá que echar a alguien? ¿O mejor optará por procurar que su medio no saca información que pueda molestar a la institución?
Ante la crisis financiera, las instituciones públicas están dándole a los bancos el dinero que no les llega por otro lado. Ante la crisis publicitaria de los medios, ¿adivinan quién se hará cargo de la situación y decidirá pagar esas publicidades?
¿A cambio de qué?
1 Comentarios en Las instituciones públicas sí salvan los diarios
ESTA ES LA GRAN DIFERENCIA ENTRE LA ASOCIACIÓN DE LA PRENSA DE CIUDAD REAL Y LA DE OTROS SITIOS. LEED:
LA APCG DENUNCIA UN DESPIDO IMPROCEDENTE EN EL PERIÓDICO DE SOTOGRANDE
06/03/2006
Vota Resultados
0 votos
La Asociación de la Prensa del Campo de Gibraltar (APCG) repudia un nuevo despido improcedente, esta vez en El Periódico de Sotogrande, publicación del Grupo HCP, presidido por José Luis García.
El Periódico de Sotogrande despidió al redactor Salvador Moreno, concediéndole la máxima indemnización, 45 días por año trabajado, por considerar que podría revelar secretos de la empresa a su esposa, diseñadora gráfica y que también trabajaba en el citado periódico, pero se marchó a Sotomagazine, una publicación de otro grupo, al recibir una mejor oferta laboral.
Tres días después de haberse marchado su esposa a la otra revista y con un fin de semana por medio Salvador Moreno fue llamado por los responsables del Grupo HCP, que le preguntaron sobre cómo veía él la situación ante la posibilidad de que pudiese informar a su esposa de determinados aspectos del trabajo que se desarrollaba en la redacción para transmitírselos a Sotomagazine.
Salvador Moreno, que llevaba 5 años y cuatro meses en El Periódico de Sotogrande, continuó recibiendo presiones y esa misma semana llegó a un acuerdo económico con la empresa, que le despidió con la máxima indemnización para ahorrarse los salarios de tramitación, reconociendo de esta forma que el despido era improcedente.
Tras dicho acuerdo tuvo que esperar en la recepción, siéndole impedida la entrada en la redacción para prevenir un supuesto espionaje empresarial.
La APCG denuncia el grotesco trato que los responsables de El Periódico de Sotogrande otorgaron a este trabajador, que tras más de cinco años había dado pruebas suficientes de fidelidad.
Esa grotesca actitud, tanto al decidir su despido como al considerarlo un posible espía, es aún más absurda si se tiene en cuenta que El Periódico de Sotogrande no es un diario, sino una publicación quincenal, por lo que sus contenidos son muy previsibles y se basan, principalmente, en la cobertura de actos sociales.
¿Quieres hacer un comentario?