En España no se puede ser cineasta sin ser un chupóptero y un pancartero. Si eres periodista, eres parcial. Si eres político, eres mentiroso y cínico. Si eres humorista, eres un lacayo del poder o de la oposición. Si eres independiente, resultas ser equidistante, y si eres equidistante, eres imbécil. Si hablas, eres un bocazas; si callas, un cómplice. Si votas, votes a quien votes, votas mal, y si no votas, no tienes derecho a quejarte. Si no eres nacionalista, eres nacionalista español. Si prosperas, eres un trepa; si no lo haces, un desgraciado. Las ONG son un negocio, la Iglesia otro, y la democracia, un mal menor.

En España, seas lo que seas, lo eres mal, o poco, o mucho. España es un país de excesos y escaseces, de losantos y carod-roviras, y, en medio, una gran masa indignada. En este país todos sabemos que los premios se encargan, que el amiguismo se mete en el currículum y que la verdad es reversible según el viento que sople.

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