Estimados compañeros periodistas italianos:

Os escribo desde España -concretamente desde Ciudad Real- en representación de todos mis compañeros periodistas (que me han autorizado para ejercer de representante). El motivo de mi carta es mostraros nuestro más sincero disgusto y nuestra mayor decepción al hilo de un asunto que hemos podido conocer recientemente. Y es el continuo, desmesurado y desproporcionado acoso mediático al que sometéis día sí día también a vuestro primer ministro, el Sr. Silvio Berlusconi. Tanto es así que Il Cavaliere, abrumado por semejantes ataques y dolorido al comprobar que confundís la libertad con el libertinaje, ha tenido que anunciar "acciones duras" contra todos aquellos plumillas de medio pelo que, ante la falta de informaciones veraces y eficientes, optan por molestar y ensuciar la impoluta imagen de su primer ministro.

Sinceramente, queridos compañeros, no entendemos a qué viene esa fijación con el mandatario. El Sr. Berlusconi es un político ejemplar que lucha por la justicia, que impulsa la libertad de expresión, que defiende los derechos de todos, que se muestra sensible ante la violencia de género, que deja todo bien atado... Pero no, vosotros no os fijáis en eso. Vosotros preferís hacer burla y mofa del primer ministro cuando éste muestra su particular gracejo, cuando habla por teléfono o cuando se muestra galán y respetuoso con las damas.

Por otro lado, y en lo que al trato con la prensa se refiere, tampoco podéis tener ningún tipo de queja. Estamos hablando de un hombre que os facilita continuamente el trabajo, que bromea con la prensa, que os da consejos de estilo y que pone a los mejores profesionales a vuestra disposición. Sinceramente, no sabemos de qué os quejáis.

Por ello, desde España os pedimos que no olvidéis las lecciones de objetividad, pluralidad y veracidad que os debieron enseñar en la Facultad y las apliquéis a vuestro trabajo diario.

A ninguno nos gustaría que el Sr. Berlusconi tuviese que llevar a cabo esas "acciones duras" a las que alude. Pero tal y como os estáis portando, no le estáis dejando otra salida.