A punto de cumplir los cuarenta, Mari Cruz y su marido Antonio solían comer cada semana fuera de casa, aunque la diferencia era notable: cenaban en restaurantes. Hundidos por la crisis, como otros cientos de miles de hogares, han pedido que sus apellidos no aparezcan en el reportaje.

Están al borde la pobreza, umbral que la Unión Europea sitúa en ingresos de menos de 550 euros por cabeza. Su subsidio por desempleo es de 1280 euros, pero sus hipotecas, créditos al consumo y pagos con tarjeta de crédito suman más de 1.300 euros al mes. Comer en el comedor les supone ahorrar 150 euros para poder alimentar así a sus hijos.

Esta pareja pertenece a una generación de españoles que formó parte de las clases medias gracias a las facilidades del crédito en la eurozona y lo bien pagado que estuvo durante años el sector de la construcción, pero cuya suerte ha virado con el pinchazo de la 'burbuja del ladrillo'. Sus deudas se acumulan mientras se recrudece la feroz recesión española.

El colapso de la construcción ha coincidido con el auge del endeudamiento español. La deuda media de los hogares en 2007 sumaba un 130% de su renta disponible frente el 60% del año de la adopción del euro.

Más en este reportaje de Andrew Hay para Reuters.