El Debate sobre el Estado de la Nación o la vergüenza ajena
Ayer tuvo lugar el Debate sobre el Estado de la Nación, un sopor que, no obstante, se convierte en una buena oportunidad para medir la vara de nuestros políticos y su forma de hacer análisis de lo que pasa en este país.
El debate tuvo dos fases muy delimitadas: la mañana y la tarde. Durante la mañana, Zapatero copó todo el tiempo de intervención con un discurso de 37 páginas más o menos bien estructurado. Además, el presidente, aunque volvió a negar la gravedad de la crisis, reconoció varios errores propios, además de anunciar varias medidas nuevas, como la rebaja de impuestos de sociedad a autónomos y pymes o el 'regalo' de un ordenador portátil a los alumnos de 5º de Primaria (una medida de la que hablaremos aquí mañana). En líneas generales (muy generales), podríamos decir que la intervención matutina de Zapatero fue interesante y bastante aceptable.
Sin embargo, esto es como la vida misma, y, a medida que avanza el día, las fuerzas de unos y otros van flaqueando y cada cual va mostrando su verdadera cara y sus verdaderas pretensiones. Así, al llegar la hora de la siesta, a los políticos españoles se les reblandeció un poco el cerebro y, ante la incapacidad de disimular un mínimo interés por debatir sobre el estado de la nación, se dedicaron a lo que mejor saben hacer: cacarear como gallos de pelea a ver quién grita más alto.
Rajoy fue duro, muy duro con Zapatero, y eso puede ser bueno. No obstante, el líder del PP fue tremendamente maleducado con el presidente y el resto de diputados socialistas, a los que les dijo, ni corto ni perezoso, que no sabían leer, entre otras cosas. Al margen de lo realmente graciosos que pudiesen ser alguno de los sablazos que soltó Rajoy -que algunos tuvieron su gracia, para qué engañarnos-, lo cierto es que el líder del PP desaprovechó un magnífico tiempo, que fue invertido, más que en hacer críticas constructivas, en insultar a lo loco a propios y extraños. No obstante, y como Rajoy es listo, antes de terminar de hablar le dijo a Zapatero: "Olvídese de mí y responda a mis argumentos". Una buena frase con la que dejaría en mal lugar a Zapatero en caso de que el presidente se uniese a la orgía de insultos.
Y Zapatero, efectivamente, se unió a esta orgía. Tras una mañana más que aceptable, el presidente llegó por la tarde con ganas de gresca y se las soltó dobladas a Rajoy, al que definió como experto en perder elecciones. Una gran muestra de cómo se debe actuar en política. Zapatero tenía ante sí una buena ocasión para hacer caso omiso de las descalificaciones directas de Rajoy y centrarse en el debate que les ocupaba, pero al presidente le va la marcha y optó por meterse también con los populares. Una sensacional forma de aprovechar el turno de palabra, sí señor.
En cuanto al resto de partidos que intervinieron (aunque no se lo crean, también intervinieron otros partidos), a mí me gustaría destacar las sensacionales formas de las que siempre hace gala Josep Antoni Durán i Lleida, que mostró un discurso crítico y durísimo con el PSOE, pero siempre manteniendo unas mínimas -y básicas- normas de respeto.
Sin embargo, Zapatero ya había corregido carrerilla con Rajoy y le dedicó a Durán i Lleida las mismas malas formas y el mismo desprecio que mostró al PP, una forma de hacer las cosas que también adoptó ante los discursos del PNV, UPyD, CC, BNG, UPN y NaBai.
Hoy son muchos los análisis y las visiones que se hacen sobre el debate de ayer. Para mí, este debate fue una nueva muestra de vergüenza ajena al ver que nuestros políticos se dedican a insultarse entre sí en vez de trabajar realmente para la gente que les ha votado y que no les ha votado. ¿Hay algún ciudadano de a pie al que el debate en sí le haya servido de algo?
En general, el debate sobre el estado de la nación es un escaparate perfecto que muestra cómo los políticos de este país desprecian a los ciudadanos, ningunean sus necesidades y se dedican a hacer el imbécil entre ellos a la vez que faltan al respeto a todos los demás.
Para mí, eso es lo importante del debate. Otros se entretienen más con ese jueguecito de decir quién ha ganado el debate de las narices.
2 Comentarios en El Debate sobre el Estado de la Nación o la vergüenza ajena
Estoy contigo,Otto,inútil y vergonzante.
Ahora bien,si analizas más despacio el espectáculo te darás cuenta que tiene una lógica perfecta,propia de este estado de democracia pervertida en que vivimos. Durante un par de días,nadie habla de los problemas reales de la ciudadanía,que,entretanto,asiste,absorta,a una sucesión de monólogos adornados de vez en cuando con alguna perla barriobajera-tú eres un tal...,y tú más...-.¿Panem et circenses? Sin duda, la política siempre ha tenido ese carácter de espectáculo de masas,potenciado en la actualidad por los medios de comunicación.Pero hay algo peor en todo esto,y es que, en el fondo,no existen alternativas.Rajoy y Zapatero no son sino las dos caras de una misma moneda,la personificación de un estilo de hacer las cosas que es el responsable de la situación que vivimos, y al que ahora se intenta lavar la cara,presentándolo como la solución mágica para sacarnos de nuestros problemas.Por eso quienes hoy aplauden a rabiar tras el final de la comedia son los grandes empresarios, y los tiburones financieros,que ven un poco más cerca su proyecto de meternos en cintura a todos.
Por favor,cuenta mañana lo de los ordenadores (Para quien esté interesado en el tema, podría contaros mil y un anécotas de mis compañeros de Andalucía,que, en la ya lejana época-¿quien lo diría?-en que el inefable Manuel Chaves aseguraba que nunca cambiaría "su compromiso con Andalucía por un ministerio en Madrid",vieron como, en plena campaña electoral,se inauguraban mil y una fantásticas y supertecnológicas aulas-a las que por cierto,nunca se dotó del necesario material y de las que,como era de esperar,nunca más se supo).
Que el jefe de la oposición llegue a un debate del estado de la nación con 4 millones de parados (cifra récord en la historia de nuestro país y lo que supone que 2 de cada 3 nuevos parados en Europa sean españoles), después de que el periódico El Mundo publicase las investigaciones de un perito que asegura que lo que estalló el 11M en los trenes de Madrid no fue Goma2 (fundamentalistas islámicos) que fue Titadine (del mismo incautado a ETA un mes antes de la masacre) y que no consiga ganar por goleada es para que el PP reflexione seriamente. Que el responsable del caos en el que vivimos ataque al que pretende heredar la ruina que va a dejar resulta como poco curioso. Mientras el PP siga aceptando que lo insulten y no controle alguna de las 6 televisiones nacionales se van a pasar en la oposición muchos años. Puede que sea mejor así, si no son capaces de ganar unas elecciones con este panorama no merecen gobernar nunca. Y para algunos siempre nos quedará Rosa Díez y por supuesto Carlos Otto.
¿Por cierto, además de economía, alguno ha escuchado a Rajoy hablar de alguna otra cuestión? Lo dicho, un inútil y un blando acomplejao.
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