15.11. Estoy hablando con gente pasa por esta calle. Y la gente habla con furia y con rabia. Cuentan que anoche los milicianos le pegaron a una mujer embarazada. Y dicen que murieron la mujer y su hijo. Mi jefe me dice que no puedo hablar con extranjeros las cosas que ocurren en nuestro país. Es peligroso para mí, pero es mi obligación decirlo. No puedo callar. Mi jefe es partidario de Ahmadineyad, es un ignorante y no puedes pedirle más. Pero la mayoría de la gente está a favor de Musaví. No es que estemos a favor de Musaví, sino en contra de Ahmadineyad.

14.53. Sé que hay miles y miles de personas rezando en los alrededores de la Mezquita de Arg. Y los perros del Gobiernos que es como nosotros llamamos a las milicias de los basiyís están preparados por si tienen que actuar contra la gente.

14.24. No podemos contactar con nuestro testigo. La comunicación telefónica, como de costumbre cuando se avecina la hora de la manifestación, ha quedado suspendida.

13.40. Sé que me habéis llamado al móvil en varias ocasiones y yo colgaba el teléfono. Iba en un taxi, el conductor tenía un aspecto como muy radical y prefería no arriesgarme. Estoy en camino del lugar de la manifestación.

10.15. En la manifestación de ayer me llamó la atención el hecho de que la gente pretendía ganarse la complicidad de los policías. A veces algún agente hacía un gesto de solidaridad y todo el mundo le aplaudía o coreaba gritos de apoyo. Lo mismo ocurrió cuando al final del trayecto, algunos policías nos indicaron el camino. La gente lo agradecía con frases de cortesía muy típicas del idioma persa y que son prácticamente intraducibles. Sería algo así como "No esté usted cansado". Estaba claro que la intención general era romper el clima de enfrentamiento, que sólo favorece a quienes quieren sacar al Ejército a la calle. Y hasta el momento, parece que lo estamos logrando. Todas las mujeres acuden con el velo sobre sus cabezas, como es obligatorio en Irán. Prueba de que es una protesta concreta sobre el proceso electoral y no sobre el régimen es que a ninguna se le ocurre quitarse el velo, cosa que cuestionaría la autoridad de los ayatolás.

Más en este reportaje de El País. También podéis conocer más noticias en Twitter, que estos días está siendo un gran altavoz informativo.