Caja Castilla-La Mancha, que está intervenida por el Banco de España desde marzo, quiere poner orden en el aeropuerto de Ciudad Real, cuyo futuro está en el aire por unas deudas que ascienden a 120 millones y un negocio que no despega debido a la crisis aérea.

La caja está liderando las negociaciones para reestructurar la deuda y poner en marcha un plan de viabilidad que saque al centro de los números rojos, según fuentes al tanto del proceso.

Como primer paso, CCM tomará el control accionarial de CR Aeropuertos, la sociedad que gestiona el recinto, mediante una ampliación de capital en la que alcanzará más del 50% del capital frente al 30% actual al capitalizar parte de su deuda en acciones.

La entidad es el principal acreedor de la sociedad con una póliza de crédito de 75 millones, además de avales por 45 millones. La caja también ha financiado la inversión de la mayor parte del resto de accionistas en la sociedad.

Cuentas maltrechas
Los nuevos gestores de CCM, nombrados por el Banco de España, han optado por involucrarse activamente en el futuro del aeropuerto por el riesgo de que un colapso financiero del proyecto acabe dañando aún más las maltrechas cuentas de la entidad.

Si logran sanear el proyecto, podrían reactivar su venta a algún grupo especializado en la gestión de infraestructuras aeroportuarias. La toma de control por parte de la caja, que ya está pactada por los accionistas a falta de su ejecución final, supondrá que el resto de socios (Inversiones Aeroportuarias, participada por Domingo Díaz de Mera, Aurelio González o Ignacio Barco, entre otros; Isolux e Iberdrola), verán diluida su presencia.

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