Los periodistas somos unos sátrapas, unos interesados, unos morbosos, unos manipuladores, unos mentirosos, unos sensacionalistas, unos folloneros, unos lameculos, unos partidistas, unos buceadores en la vida privada de los demás y unos buscadores de la noticia fácil. No nos digan nada, que ya nos lo decimos todo nosotros.

Hecha esta salvedad, les contaré que en ocasiones los periodistas nos aburrimos de nuestra profesión y nos da por buscarnos otras. Y en este inmenso mar de posibilidades, hay una actividad profesional que acaba siendo nuestra vía de escape favorita: fabricantes de humo. En efecto. Con frecuencia, con muchísima frecuencia, las redacciones de los medios de comunicación se convierten en auténticas y demoledoras fábricas de humo.

Un ejemplo muy claro, por si no me entienden, lo tuvimos en la pasada campaña electoral, durante la cual el PSOE no tenía por qué temer por su clara victoria en las urnas. Pero he aquí que llegan los medios y se inventan un supuesto empate técnico. Y eso, ¿por qué? Bueno, lo cierto es que los medios nunca fabrican solos el humo, y en este caso tan sólo fueron cómplices activos de los partidos políticos, a los que les venía de perlas vender este empate técnico: al PP le venía bien para no perder la esperanza; al PSOE, para movilizar a su electorado; la prensa, por su parte, descorchaba botellas de champán al conseguir unas cuotas de audiencia o unas cifras de ejemplares vendidos que ni en sueños habrían obtenido si se hubiese abordado la campaña electoral con un pelín más de rigor.

Otro ejemplo clarísimo de fábrica de humo lo estamos viviendo ahora mismo con la sección periodística más aficionada a vender humo: la deportiva. Y es que, aunque a cada vez más gente esto le importe un pito, la selección española de fútbol está a punto de comenzar su participación en la Eurocopa. La verdad es que el tema de la selección a día de hoy ya casi es grotesco, sobre todo cuando nos preguntamos si existirá alguien que verdaderamente crea que este grupo de santos varones será capaz de ganar algún título de selecciones a corto e incluso a medio plazo. La verdad es que, mientras los directivos de las cadenas se frotan las manos cada vez que consiguen la retransmisión exclusiva de un evento de selecciones de fútbol, los verdaderos profesionales de la cadena deben de echarse las manos a la cabeza pensando cómo demonios van a crear una ilusión en unos espectadores que cada vez ven los partidos de la selección más por puro entretenimiento (manda narices...) que por afición y pasión futbolera. El marrón de este verano le ha caído a los chicos de Cuatro, que están movilizando a medio país e incluso han creado un muñequito (de cuyo nombre no quiero acordarme) para que la gente piense que la selección puede ganar algo y se peguen a los televisores.

Una vez que los pobrecitos jugadores caigan eliminados, llegará la hora de que esta cadena despotrique contra ellos, el resto de cadenas se alegre de que hayan perdido y los aficionados les recriminen haberles creado una ilusión ficticia. Esperemos que el mundo se vuelva al revés y estos santos varones acaben ganando algo y decidan mandarnos a todos a la...

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