Más programas de calidad; menos Mercedes Milá

Un programa de investigación se pone a la búsqueda de pedófilos. Para ello, utilizan a una persona que en un chat de internet y por messenger se hace pasar por una chica de 13 años:



La cosa sigue adelante y nuestra menor de edad llega a hablar con un hombre de 38 años (he de reconocer que se me ha revuelto todo con este vídeo):



Un tiempo más tarde, la menor y su encandilado amigo quedan en un parque para hablar. Es entonces cuando al amante de Teruel se le acaba el chollo:



Sería necio negar el interés y lo productivo de este tipo de programas que saca a la luz acciones tan deplorables como la pedofilia. Así pues, éste sería un programa perfecto si no fuese por una serie de detalles: de entrada, no sabemos muy bien por qué en el primer vídeo se distorsiona la voz del pedófilo y se le da ese aire (podríamos pensar en que se intenta proteger la voz de la persona que habla, pero no parece tampoco muy lógico). Además, un programa tan verdaderamente bueno se ensombrece de forma terrible debido a ese despreciable cáncer que es Mercedes Milá, una insoportable moralista que se cree que está por encima del bien y del mal y que se permite el lujo de ir dando lecciones de moral (y permítenme que les diga que servidor se niega en rotundo a recibir lecciones de moral por parte de una persona que considera cultura una de las mayores catetadas de este país).

No os perdáis en el tercer vídeo la gallarda valentía con la que nuestra heroína contemporánea decide poner fin a la actuación. Es entonces cuando empieza la música de polis malos y Mercedes Milá decide abordar al pedófilo acompañada de su banda sonora.

Por favor, más programas productivos y eficientes como éste, pero menos Mercedes Milá, que está consiguiendo que este tipo de programas consigan un efecto contraproducente, ya que la gente acaba odiándolos tan sólo por mero odio a esta señora.

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