Desde el fallido estreno del aeródromo ciudadrealeño estamos siendo testigos de desencuentros, despidos y también de notables silencios. Lo que para unos es un atentado contra el futuro de Ciudad Real, para otros es el mayor ridículo empresarial que recuerdan los tiempos. El gatillazo aeronáutico y sus consecuencias han puesto los asuntos de nuestra regia ciudad en boca de toda España. En este repaso cronológico de los últimos acontecimientos y declaraciones del proyecto llamado un día Don Quijote, más tarde Madrid Sur y finalmente Ciudad Real Central, comprobarán que muy pocos han estado a la altura de las circunstancias. Especialmente desafortunados los prohombres de la más alta jerarquía de la doctrina electoral y la aristocracia económica; pero también la plebe indolente de los currantes hemos demostrado que ni la mayor de las ignominias a la excelencia, al buen hacer y a la decencia política, nos hará despertar del letargo mohíno del bienestar al que nos hemos dejado llevar. Sólo se puede salvar de la quema a las asociaciones ecologistas, a las que algunos han intentado demonizar y hacer responsables de sus fracasos. Desgraciadamente, el empeño de estas personas ha demostrado que la legalidad sólo está segura lo más lejos posible de las fronteras de Castilla-La Mancha. He aquí un capítulo más del esperpento de la cotidianidad manchega.

Mucho más en este extenso artículo de Eusebio García (director de Miciudadreal.es), en el que se ofrece una extensísima cronología sobre el Aeropuerto de Ciudad Real a la que todos tendremos que acudir mil y una veces cada vez que queramos documentarnos sobre el tema.

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