Pues sí, amigos, lo de Wyoming era un timo. Nos la han colado del todo.
La verdad es que no me quiero ni imaginar cómo estarán los humos en Intereconomía, que vieron una posibilidad única de humillar a un izquierdoso y al final han hecho el mayor de los ridículos delante de toda la televisión, más aún con una curiosa definición según la cual, para el presentador de Intereconomía, "capitalista es sinónimo de individuo con una actitud opresora, soberbia, despectiva, chulesca, violenta, insultante y caciquil". Qué mejor forma de autodestrucción, oigan.
Lo cierto es que la mayoría de la gente se tragó el bulo desde el principio hasta el final, y el autor de este blog el primero. No sólo me lo tragué, sino que de hecho me indigné hasta tal punto que si el tono expuesto en este blog no fue más elevado fue por evitarme esa curiosa moda de denunciar a troche y moche que adolece últimamente. La verdad es que me he sentido aliviado al ver que todo era un bulo, que no existen jefes tan cretinos como el pariodiado (bueno, sí existen, pero no los vemos) y que en realidad la supuesta becaria no estaba al borde del suicidio. También he de reconocer que ha sido un verdadero gustazo ver a Intereconomía metiendo la pasta hasta el fondo y haciendo un ridículo que tardaremos mucho tiempo en olvidar.
Sin embargo, hay gente que no ve demasiado bien este tipo de prácticas. Tanto el Follonero en su momento como la gente de El Intermedio ahora han dicho que han llevado a cabo estas prácticas para comprobar los medios de control periodísticos ante una noticia y ver hasta qué punto un medio de comunicación da por cierta una noticia sin contrastarla. Y está claro que tienen toda la razón del mundo y han dado en el clavo, y no hay quien no se lo reconozca. Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid, no echó balones fuera con la ancianita que lavó un décimo premiado: "Los tontos somos los periodistas por picar, no el Follonero por colarnos el montaje de la Lotería". No obstante, lo de Wyoming no le ha hecho tanta gracia.
Está claro que ante cosas así un periodista tiene que agachar la cabeza y dejarse dar las collejas que se antojen necesarias. Sin embargo, con este tipo de cosas quizá estemos entrando en un problema de necesidad de verificación. Es lógico que el vídeo de Wyoming tendría que haber sido debidamente comprobado, ya que no era moco de pavo. Pero, ¿y el caso del décimo de la Lotería? El Follonero criticó que la prensa se crea todo sin verificar nada, pero, ¿realmente es necesario contrastar un hecho que tiene más de curiosidad que de noticia? Es cierto que la velocidad de vértigo a la que trabaja un periodista hace que se salta la necesaria parte de la verificación, pero, ¿de verdad es necesario contrastar que aquella mujer realmente haya lavado un décimo premiado? Quizá los periodistas hemos pecado de crédulos y tengamos la culpa de ello, pero quizá también habría que preguntarse hasta qué punto importan ese tipo de hechos. Es probable que la culpa la tengamos nosotros, ya no por no contrastar la información, sino por darle a ese hecho la categoría de noticia.
Por otro lado, quizá los medios deberíamos pensar hasta qué punto nos benefician este tipo de cosas. Está claro que lo de LaSexta ha sido una patada en las narices perfectamente dada, pero también es obvio que ahora los medios (sobre todo diarios) dedican un mayor espacio de su información a la sección 'Medios', una sección que a muchos nos apasiona. No obstante, ¿no estaremos pecando de narcisistas? ¿No estaremos invirtiendo un tiempo que sería mucho más valioso invertido en asuntos de mayor importancia? ¿No hemos entrado los medios en una tónica de retroalimentación periodística que nos puede distraer de nuestras verdaderas obligaciones?
Además, parece que estamos entrando en una dinámica en la que los medios ya no se pueden fiar ni del corporativismo del gremio, ya que tu competencia va a intentar colarte una noticia falsa. ¿Llegará el momento en que LaSexta intente colarle a Telecinco una noticia falsa sobre cualquier asunto de actualidad? Seguramente. El problema es: ¿llegará un momento en que esto se parezca al cuento del lobo? ¿Llegará un día en que un medio no haga caso a ciertas noticias porque cree que son falsas? ¿Llegará el día en el que una noticia verdaderamente importante o con calidad de suceso grave no requiera la atención debida al considerar el medio que es un bufo? ¿Llegará el momento en que tengamos que lamentar no haber hecho caso a un suceso por que temamos ver en peligro nuestro ego?
Francamente, esperemos que no.
P.D.: Como dice Jose A. Pérez, 2009 va a ser el año de los virales.
Contra desinformación, más educación
Hace 2 horas
7 Comentarios en ¿Hasta qué punto son buenas las guerras de medios?
Pocas noticia que vemos o leemos son realmente eso, noticias. Es una pena.
la curiosidad se transforma en noticia por el error del mensajero.
por otro lado, intereconomía ha provocado a uno de los mas viejos del lugar (Wyoming), le han insultado a él y a sus colaboradores sin argumentos ni justificaciones, les ha cegado su odio y lo han pagado con un gran ridículo ¡se lo merecen!.
además que la guerra tuvo una de sus primeras batallas en un reportaje de CQC sobre Fabra, con boicot de intereconomía a Estíbaliz Gabilondo (sobrina de Iñaki Gabilondo).
Los telediarios se han convertido en espacios publicitarios.
Creo que hace tiempo que se está produciendo ese fenómeno de "retroalimentación periodística". En mi ya ex periódico no me he cansado de llamar la atención sobre la cantidad de veces que se incurre en pequeñas firmas de opinión (tipo los "Quijotazos" de El Día, que me imagino conoces bien), en las que se habla de "nosotros", de "los periodistas" y demás, con perdón, sandeces que no añaden ni quitan nada a la información.
En muy, muy, muy contados casos se puede olvidar aquello de que el reportero no es la noticia, sino la herramienta para transmitirla. Pero es muy fácil dejarse llevar: la soberbia tiene un atractivo fulminante. Por eso hacen falta más controles de calidad.
Yo no caí en el fake, pero sin embargo si me sentí identificado con algunas situaciones que he tenido que vivir frente a una cámara sin operador (estaba "por ahí"), o ante un equipo que, por toda propuesta de tema para un reportaje de finde, te habla de reciclar algo de hace dos meses o, en el mejor de los casos, un amplio y sonoro bostezo. Curioso que, esa misma gente, es la que más incide después en el "nosotros", en el "yo periodista=yo noticia".
Genial Wyoming. Me he divertido mucho viendo el ridículo espantoso de Intereconomía, canal lleno de sesudos tertulianos apocalípticos.
El Wyoming ha estado genial pero eso no le exime de ser un gran sectario.
¿A quién le importa?
No,realmente. ¿Esto tiene peso periodístico? Todos hemos tenido que tragar la misma mierda, incluso peor, cuando estábamos empezando. Desde el "eres el peor periodista que he conocido en mi vida (pronunciado por la amiga Soki Silveira, allá cuando trabajaba en COPE Ciudad Real, después de que se ingresara unas cien mil pesetas de aquel entonces tras una fiesta que animé de Cadena 100) hasta el: "no tienes ni puta idea de hacer radio", por un incompetente director cuando estaba en Almansa, y tras dos años de haber hecho en la Complu un sensacional programa experimental...
Pero eso, falso o verdadero, no hubiera llegado a ser ni rumor tabernerno en mis tiempos. Imaginaos, por un segundo, que toda la trama de espionaje de la Comunidad de Madrid fueran, en realidad, documentos falsos filtrados por el gobierno de la Aguirre a un plumilla de El País. Imaginaos que, dentro de dos semanas, montan una rueda de prensa carcajeándose de todos los inocentes. ¿Qué diríamos de la señora Esperanza si eso ocurre? ¿Aseguraríamos que las fuentes no estaban contrastadas, máxime cuando los papeles llevan el sello oficial?
Y, finalmente, recordemos que la televisión es espectáculo. Cualquiera que haya estado frente a una cámara lo sabe. Si le quitas los espacios puramente "informativos"... ¿qué te queda? Ahora viene la otra película: ¿quién es el listo que cambia el concepto de negocio cuando el actual cuesta una mierda y da pingües beneficios? Ahí queda eso, compañeros.
Por cierto, Carlos: ¡Ole tus huevos!
¿Quieres hacer un comentario?