La vida era tranquila en este municipio de Cuenca de 7.200 habitantes famoso por el ajo. En medio de esta llanura existe un oasis, la finca de La Veguilla. Rafael Santamaría desembarcó allí hace tres años. Enriquecido gracias a los pelotazos, ocupaba el puesto 15 en la lista de ricos españoles en 2007. Presidente de Reyal Urbis, cuenta con muchos negocios en Castilla-La Mancha y ostenta cargos en varias empresas. Con Vega del Záncara S.L. compra en 2006 La Veguilla y Las Vaquerizas: 3.000 hectáreas (equivalentes a 3000 campos de fútbol) de tierras de cereal (subvencionado), bosquetes de encinas, hábitats protegidos, y pinos piñoneros, surcados por el río Záncara. Lo primero que hizo, en 2007, fue cerrar el camino principal con una gran verja y prohibir el paso. El pueblo se opuso y empezaron las manifestaciones con la concejala socialista Yolanda Picazo, entonces oposición, pidiendo “luchar contra los terratenientes”. Después, los derribos. Las construcciones rurales que albergaba la finca fueron convertidas en una gigantesca montaña de tierra y cascotes depositados encima de otro camino sepultando una fuente. Allí siguen con permisos. Después construyó una mansión, 400 metros y seis bungalós, para lo que taló una hectárea de encinas, con licencia.

Llegan las elecciones de 2007 y los socialistas ganan la alcaldía. Santamaría hace una oferta para quedarse con los caminos públicos de su finca por 30 años: 1.800.000 euros en concepto de donativo a las arcas municipales, caminos alternativos fuera de su finca y una senda ecológica. Entonces surge la Plataforma por los Caminos Públicos de La Veguilla.

Campaña de marketing
La imagen del pueblo está por los suelos. En agosto de 2007, Bono se convierte en el pregonero de las fiestas, arropado por el mismísimo Santamaría, que ha enturbiado la vida del pueblo. Cuatro meses después, desde Pedroñeras se retransmiten las campanadas de fin de año en la televisión autonómica y, en mayo de 2008, Pedroñeras es el municipio elegido en toda Castilla-La Mancha para los fastos del Día de la región, con José Bono a la cabeza.

Los medios locales ahora se tornan en portavoces de Santamaría, junto con otro conocido periódico de Cuenca. Pero la tormenta continúa y el nuevo edil socialista acaba dimitiendo por razones personales. La número tres, Yolanda Picazo, se convierte en alcaldesa. Se acabaron las pancartas y la insurrección. Los cargos autonómicos la respaldan y el consejero de Agricultura, José Luis Martínez Guijarro, declara el 4 de agosto de 2008 en un medio local: “Creo que es bueno intentar llegar a un acuerdo entre el Ayuntamiento y la propiedad de la finca (...). Más vale un buen acuerdo que un mal pleito”. Y el 1 de diciembre de ese año, en un tenso pleno, en el que la oposición abandona la sala, se aprueba el acuerdo para cerrar los caminos públicos de la finca de Santamaría.

Más en este reportaje de María José Esteso Poves para Diagonal.