De los resultados de la jornada europea me quedan algunas reflexiones en forma de enunciados rápidos:

- El PP ha ganado con claridad los comicios europeos, pero no ha logrado un triunfo tan holgado como pretendían los populares. El resultado le sirve a Rajoy, es evidente, para consolidar su liderazgo. Es un segundo espaldarazo tras lo de Galicia, y sus críticos tendrán que enfundársela, ya definitivamente. O sea, que Rajoy se ha convertido hoy en el candidato a las Generales de 2012, de facto.

Zapatero, por su parte, ha salvado los muebles, eso también es evidente. Que en el peor momento de la peor crisis económica, el PSOE gobernante se quede a sólo 3'7 puntos del PP da margen a los socialistas para pensar en recuperar terreno. Quedan tres años de legislatura nacional, y si los "brotes verdes" económicos echan raíces sólidas, Zapatero tendrá tiempo suficiente para fraguar un tercer triunfo en 2012. Pero haría mal el presidente del Gobierno en asumir esta "derrota dulce" como una victoria. No es así. Es una derrota, y un claro toque de atención.

Yo creo ver clara la lectura: Se ha repetido la histórica tendencia que nos demuestra que el "suelo electoral" del PP es firme como una roca, mientras que el del PSOE es mucho más volátil. Los populares apenas han ganado 200.000 votos respecto al año 2004, pero los socialistas han bajado en 750.000. Aún así, el PSOE mantiene más de 6 millones de votos. Algo que, con la que está cayendo, es un resultado notable.

- A nivel regional, el que tiene que estar temblando es José María Barreda Fontes. El batacazo que se ha dado el PSOE en toda Castilla-La Mancha es de los que hacen época. En las anteriores Elecciones Regionales de 2007, los populares ya rebajaron su desventaja de 20 a 9 puntos porcentuales. El triunfo del PP en las Gnerales de 2008 ya fue muy significativo. Pero es que lo de esta noche marca claramente una tendencia de cambio que se me antoja difícilmente frenable. O sea: Que veo a Cospedal con muchísimas opciones de llegar a Fuensalida en 2011.

Más en este artículo de Óscar Cuevas en El Decano (Gracias, E.).