En muchas ocasiones, el mundo del striptease suele asociarse a una serie de tópicos relacionados con el sexo e incluso la prostitución. La culpa no es sólo de los complejos sociales, sino que a veces las propias protagonistas se han visto involucradas en situaciones que han avivado esta fam­a.

Todo lo contrario que la conocida Chiqui Martí. Cuando hablamos con ella, lo primero que hace es negarnos la mayor: “Yo no soy stripper; yo soy bailarina, e incluso showgirl. Circunstancialmente me quito la ropa, pero todo forma parte de un espectáculo de baile”.

Partiendo de esas premisas, nuestra protagonista promociona el strip-art, que da mayor cancha al arte dentro del desnudo: “No se trata de exhibir gratuitamente, sino de insinuar, de transmitir más”. Esta forma de verlo dista mucho del concepto de desnudo facilón que por lo general se asocia al striptease. Parte de esa fama puede deberse a los espectáculos que, efectivamente, sí patrocinan ese desnudo gratuito.

Chiqui no se busca enemigas: “Cuando salgo a bailar intento hacer lo que a mí me gustaría ver como espectadora, y un desnudo sin más no me gusta. Pero no estoy en contra de las que lo hacen así. Cada uno puede hacer lo que quiera y todo es respetable. Igual que pido que se me respete a mí, yo respeto a los demás”.

Más en este reportaje que publico hoy en El Confidencial.