A menudo las batallas legales acaban con un ganador inesperado, que ve cómo su demandante no sólo no se lleva el gato al agua sino que acaba perdiendo. Algo parecido está pasando en las demandas relacionadas con el P2P que ha interpuesto la SGAE.

Hace tres años, SGAE, Egeda, Promusicae y otras ocho empresas (entre ellas Walt Disney Company, Warner o Twentieth Century Fox) demandaron a J.C.C., un estudiante de 24 años responsable de las webs Etmusica y Elitemula. Amparados en el Código Penal, estas empresas pidieron multa y pena de cárcel por lo que consideraban un delito contra la propiedad intelectual.

El asunto podría ser comprensible si no fuese porque la SGAE le colocó un detective para que investigase las actividades de J.C.C. y, dos años después, el 26 de mayo de 2009, se presentó en su casa con el informe del detective, una nueva demanda (esta vez por la vía civil) y una orden judicial mediante la que pretendían cerrar sus webs y requisarle un total de seis discos duros. Tras charlar con sus abogados, David Bravo y Javier de la Cueva –expertos en derechos de autor-, J.C.C. expulsó a estas personas de su casa y entregó voluntariamente un disco duro.

Si quieres saber cómo acabó este caso (y otros igual de rocambolescos o incluso más) puedes ver este artículo que publico hoy en El Confidencial.