Desde que Zapatero anunciase el pasado viernes el adelanto de las elecciones generales, gran parte de la ciudadanía se ha quedado anonadada. Era evidente que este adelanto era una petición del PP y sus votantes, pero, ¿por qué acceder a esta petición? ¿No perjudica aún más al PSOE acceder a los deseos del PP? ¿No es una huida hacia adelante adelantar las elecciones? ¿No es una señal de haber tirado la toalla, de señalar que nada más se puede hacer?

Frente a estas cuestiones, he aquí siete (de las) razones que explican por qué este adelanto electoral podría beneficiar al PSOE:

1.- Ligero optimismo en las encuestas. Rubalcaba es el único que ha conseguido frenar (aunque sea mínimamente) la caída libre de su partido, ya que, desde su nombramiento, el PSOE ha conseguido aumentar su intención de voto. Si el penúltimo barómetro del CIS establecía una diferencia de diez puntos entre PP y PSOE, el último baja esa diferencia a siete puntos. En absoluto cabe pensar en una victoria del PSOE, pero al menos Rubalcaba minimizaría una derrota que se prevé histórica.

2.- Buenos datos económicos. Pese a lo que en principio cabría esperar, el 20-N estará rodeado de noticias económicas previsiblemente positivas: el 28 de octubre se publicará el informe de la Encuesta de Población Activa (EPA) relativo el tercer trimestre del año. Esta EPA mostrará un significativo descenso del paro gracias al lógico aumento de los puestos de trabajo en los meses de verano. Además, el 16 de noviembre el Instituto Nacional de Estadística hará públicos los datos relativos al PIB, que para esas fechas seguramente habrá mejorado.

3.- Desligándose de Zapatero. Es evidente que las marcas PSOE y Zapatero son los peores enemigos de Rubalcaba, y por eso hay que aparentar una separación de ambas. En cuanto a la marca PSOE, en las elecciones municipales ya fue evidente el empeño de los candidatos socialistas por minimizar la aparición de su partido en los carteles electorales. En cuanto a la marca Zapatero, los propios militantes no podrán cargar contra el actual presidente, pero sí podrá hacerlo el resto de su armamento: el durísimo editorial de El País contra Zapatero ha conseguido 'divorciar' medianamente a Rubalcaba de su presidente, pero ese 'divorcio' podría ser cuestionado con el paso de los meses. Un adelanto electoral -pedido, por cierto, desde ese mismo editorial- dejaría aún fresco ese aparente cambio.

4.- Imagen e ideas renovadas. Como casi cualquier nuevo candidato electoral, el salto al ruedo de Rubalcaba ha provocado un ligero optimismo en torno a su figura por la impresión de regeneración política y de llegada de nuevas ideas. Además, sus recientes críticas a los bancos y sus guiños al Movimiento 15-M podrían darle algún que otro voto que el PSOE daba por perdido.

5.- Apoyos políticos y sociales. Actualmente nadie confía en Zapatero. Ni los ciudadanos, ni las empresas pequeñas, ni las empresas grandes, ni los políticos de medio mundo... No obstante, la llegada de Rubalcaba podría ocasionar un cambio en este aspecto. Más allá de la llamada "confianza de los mercados" -que en ocasiones no es más que palabrería un tanto gratuita-, sí es cierto que la llegada de un nuevo candidato podría recobrar el apoyo de diversos agentes sociales. Entre las tareas inmediatas de Rubalcaba está recobrar la confianza, el apoyo y la ayuda de los sindicatos, las empresas y los dirigentes de la izquierda europea. No sabemos si lo va a conseguir, pero es evidente que lo tendrá mucho más fácil que Zapatero.

6.- ¡Que viene la derecha! Por desgracia, hace tiempo que los partidos en España abandonaron los programas políticos y abrazaron la política de trincheras, ésa que consiste en dedicar más tiempo a criticar al enemigo que a presentar propuestas. El PP acude al discurso de que si no se les vota, lo hará Zapatero, lo harán los rojos, lo hará ETA... Por su parte, el PSOE acude al discurso de que si no se les vota a ellos, llegará la extrema derecha. Tras las elecciones municipales y autonómicas, y con una España prácticamente unipartidista, el PSOE intentará animar a los votantes a evitar el dominio absoluto de la derecha política.

7.- La fecha. El 20 de noviembre es el aniversario de la muerte de Franco, y son ya muchos los votantes de izquierdas que no comprenden la elección de esa fecha y la critican. Es ése precisamente el cabreo que podría animar a los votantes de izquierda a acudir a las urnas.