Algo está cambiando en la prensa española. Y así no hay quien se aclare, oiga. Ya vimos hace unos meses cómo El País daba un giro ideológico y criticaba duramente y sin tapujos al Gobierno en una actuación sin precedentes. Pues bien, ahora es Pedro J. Ramírez el que lanza duras críticas al PP, a Rajoy e incluso al intocable Aznar.

Leemos en El Plural que el director de El Mundo, en su dominical Carta del Director, señala los errores y "catástrofes" del PP y vaticina una casi segura victoria del PSOE en las elecciones "sin descartar siquiera una mayoría absoluta".

Pedro J. comienza contando una encuentro entre diez empresarios españoles del Grupo Mundo en el que, hablando de las próximas elecciones, se formaron dos bandos: "el de quienes están convencidos de que después de los comicios de marzo el ministro de Economía seguirá siendo Solbes y el de quienes apuestan por la rehabilitación de Miguel Sebastián (...) ni uno solo de ellos –pese a la conocida adscripción al PP de varios de los presentes- se atrevió a augurar un triunfo de Rajoy".

Los recados a Aznar vienen en forma de 11-M: "que nadie siga engañándose a sí mismo con el efecto de la detestable manipulación del desconcierto ciudadano que los socialistas llevaron a cabo durante la jornada de reflexión: si en lugar de tratar de aprovechar la masacre contra el PSOE –precipitándose a asignársela a ETA para vincularla así a la condescendencia de Zapatero y Maragall con el infame episodio de Persignan-, Aznar hubiera convocado a todos los líderes a La Moncloa y afrontado la situación desde el consenso y la prudencia, el resultado de las elecciones no se habría visto alterado ni por la aparición de la Kangoo ni por la detención de Zougam".

Tampoco deja escapar a Rajoy, cuya "metedura de pata, calándose la boina del pues mi primo me ha dicho, frente a la acumulación de evidencias científicas sobre la gravedad del cambio climático, fue una catástrofe”.

En cuanto al partido de Génova, Pedro J. opina que "el PP está dirigido por gente inteligente, atractiva y cargada de ingenio pero vuelve a ser percibido como un partido duro, inflexible, anticuado y antipático que reacciona a golpe de calentón". Y pruebas de ello serían su oposición al matrimonio homosexual ("no debía haber dado la batalla contra el matrimonio homosexual en términos propios de quien combate un pecado") o el ir de la mano de la Iglesia al oponerse a "la investigación con embriones o cualquier otro avance razonable de la biociencia".

Por último, y volviendo al principio de esta entrada, Pedro J. se muestra contundente ante las próximas elecciones generales: "me atrevería a decir que a día de hoy existen más posibilidades de que se agrande la diferencia de aquel 14-M –sin descartar siquiera una mayoría absoluta socialista- que de que se reduzca".

Desde aquí me gustaría hacer un llamamiento a todos los diarios nacionales de ideología tradicionalmente definida: dejen de liarnos y confundirnos con alocados vuelcos ideológicos; las elecciones están cada vez más cerca y necesitamos que alguien nos vaya ya diciendo lo que tenemos que pensar.