Mr. Hyde
Corren malos, muy malos tiempos para la circulación libre y necesaria de la cultura. El problema parece estar en aquellos agentes culturales y políticos que no saben distinguir entre cultura y negocio y que pretenden privarnos de todos nuestros derechos a costa de enriquecerse.

Desde que una parte del sector cinematográfico de este país protestase por la guerra de Irak, estaba claro que Zapatero les debía unas cuantas. Así pues, desde entonces unos y otros se convirtieron en amigos inseparables y ligaron de forma infinita todos sus intereses. Fue el momento en que el Gobierno se acercó de forma peligrosísima a la SGAE y empezó a coquetear más abiertamente con el mundo del cine español, que empezó a lloriquear constantemente y a decir que las descargas "ilegales" (sic) estaban acabando con el exitosísimo avance del grandioso cine español. Así, no sólo propuestas como el canon digital y la Ley del Cine han avanzado con paso firme, sino que la irrupción de los pedigüeños de turno ha conseguido que el Gobierno se manifieste abiertamente en contra de las redes P2P y se empeñe en prohibir una de las mejores herramientas de difusión de la cultura y el conocimiento que hemos tenido nunca.

De modo que el cine español va mal por culpa de las descargas, ¿no? Sí, seguro que es por eso, no cabe duda. Seguro que el hecho de que los temas del cine español sean más repetitivos que las judías no tiene nada que ver. En absoluto. Seguro que el hecho de que el cine español proponga proyectos de cuestionable calidad no tiene nada que ver. En absoluto. Seguro que el hecho de que el cine español trate a sus espectadores como si fuesen unos imbéciles que se tragan cualquier bodrio que les echen no tiene nada que ver. En absoluto. Seguro que el mayor problema son las descargas; por eso es comprensible que el cine español tenga acceso a ciertas ventajas que no están disponibles para el resto.

Y si los favores al cine español iban ya por un camino peligroso, encima ahora Zapatero nombra como nueva ministra de Cultura a Ángeles González-Sinde, la guionista del último bodrio del cine español; una persona que en no pocas ocasiones ha dejado claro su desprecio por las redes P2P en contra de los derechos de los que usamos internet como una imprescindible herramienta de difusión de datos. Si esto no es una provocación, que baje Dios y lo vea.

Primero fue la SGAE, y ahora es el mundo del cine. Está claro que el Gobierno no tiene demasiado buen ojo a la hora de buscarse compañeros de carrera que luchen por los derechos de todos en lugar de por el beneficio económico de unos pocos acomodados. Porque el cine español no sólo vive (y muy bien, por cierto) de la taquilla, sino que también recibe unas poderosísimas subvenciones que agrandan aún más su margen de beneficio y enriquecimiento económico. Si la industria discográfica ya tiene que buscarse las castañas para no morir, ¿por qué el cine va a poder vivir a costa del dinero público? Que cada palo aguante su vela.

Encima nos acusan encima de tener un discurso rancio y derechoso. Quizá los pro-ministra, pro-cine_español y pro-SGAE deberían ver la viga en el ojo propio antes que la paja en el ajeno y preguntarse qué habrán hecho mal para que tanta gente de pareceres tan dispares haya logrado ponerse de acuerdo en algo.

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Entrada relacionada (de ayer): El cine español y las descargas: Dr. Jekyll.

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